martes, 8 de febrero de 2022

LOS PINOS - VARIEDADES - CUIDADOS


Guía de cuidados del Bonsai de pino

Unas palabras previas

Siempre se ha dicho y comentado que los pinos, y las coníferas por extensión, son las especies menos aconsejables para un aficionado que se inicia en el mundo del Bonsai y sí, esto en parte es cierto, tanto para el pinzado primaveral como para el trasplante anual, son un tanto particulares. 
Pero una vez que se les encuentra el punto, el cultivo y formación de un Bonsai de pino está lleno de gratificantes momentos.

Su resistencia a la sequía, a los trabajos de poda, alambrado, torsiones severas de la mayoría de las variedades del género Pinus, así como su facilidad para asumir prácticamente cualquier estilo de diseño hacen de las coníferas uno de los árboles preferidos por los profesionales más reconocidos dentro de éste arte. Basta recordar obras maestras de maestros como Kimura o Kabasabi y sus fantásticos trabajos sobre juníperos y pinos.

No en vano, la imagen arquetípica más asociada por antonomasia a un Bonsai es la de un pino.

Y desmitificando un poco esa dificultad de cultivo que aducíamos al principio, lo cierto es que sus necesidades son mínimas en comparación con otras especies de bonsáis, y rápidamente serán asumidas por su cuidador una vez que seamos conscientes del árbol con el que trabajamos, de sus particularidades.

Las múltiples tonalidades de verdes que vemos en las distintas especies de pino, en sus hojas perennes, su vigor de crecimiento, su dureza y rusticidad y otras muchas cualidades hacen fácil enamorarse de los pinos como bonsáis. 
 La atención adicional que nos exige su cultivo y formación será rápidamente compensada con resultados espectaculares.

Aunque ésta variedad crece en numerosos tipos distintos de clima, dependiendo de la especie de que se trate reclamará cuidados específicos al clima de la zona donde se estén cultivando.

Éste artículo es una mera introducción general al cuidado de los pinos como bonsái.

Crecimiento natural de los pinos
 
En el pino se distinguen distintas zonas de crecimiento en función de la fuerza de las mismas. 
Como regla general crecen hacia arriba buscando luz durante los primeros estadios de crecimiento.

En la etapa adulta distribuyen más fuerza horizontalmente para aumentar la longitud de sus ramas. 
A nivel de la rama hay una diferencia significativa de fuerza entre el exterior y el interior de la misma. 
Obviamente la parte externa recibe más luz y aireación que las internas, debilitadas por la sombra del resto de ramas superiores.

Al aumentar ésta diferencia de vitalidad en una misma rama también contribuye el patrón de crecimiento natural de los pinos, que favorece el crecimiento en el ápice del árbol y las puntas de las ramas sobre el resto del árbol.

Cuánto mayor es la fuerza de una rama mayor será su capacidad para realizar la función 
de la fotosíntesis y producir energía, en detrimento de otras zonas débiles, menos importantes para el árbol y que acabarán secándose.
Este proceso natural tiende a concentrar la mayor energía en las zonas más fuertes, en bonsái se debe corregir para equilibrar todas las zonas del pino tanto en fuerza como crecimiento.


Iluminación

A pleno sol. 
La sombra o semi sombra provocará que las agujas, acículas, del pino se alarguen indebidamente. 
La irradiación solar mantendrá reducido el tamaño de dichas hojas. 
 Necesita sentir el paso de las estaciones y recibir el frío invernal para despertar sus yemas en primavera con todo su vigor.
En invierno pueden tolerar temperaturas inferiores a 0º C dependiendo de la especie, aunque no está demás protegerlos de los vientos helados.

Riego

El exceso de humedad no está aconsejado para los pinos. 
Será conveniente dejar secar el sustrato entre riegos. 
Durante las épocas de crecimiento del árbol un exceso de irrigación favorecerá el alargamiento excesivo del tamaño de las agujas.

Especies como el pino negro japonés son especialmente sensibles al exceso de humedad en las raíces, por lo que nos aseguraremos que el sustrato empleado sea convenientemente drenante para evitar la putrefacción de las mismas.

Aunque Pinos Mugo y Pinos Sylvestris pueden tolerar mucha agua, nunca es bueno dejarlos demasiado húmedos durante demasiado tiempo. 
Cuando en invierno llueve durante días y días, es aconsejable inclinar la maceta hacia un lado con una pieza de madera debajo de uno de los lados para que el exceso de agua pueda salir.

Aún mejor: ponerlos bajo algún refugio o cubrirlos con una lámina de plástico temporalmente. 
Además, se debería quitar todas las bolas de abono de la superficie del sustrato cuando llueve continuadamente, para evitar posibles quemaduras en las raíces.

Abonado

En el caso del abonado de los pinos es importante analizar cuidadosamente cómo reaccionan al abono aplicado.

Al inicio de la primavera comenzaremos con un fertilizante foliar muy suave. 
Cuando la temperatura aumente se podrá abonar con un líquido soluble en agua. 
A diferencia de fertilizante sólido que sólo es útil si la temperatura del suelo es superior a los 17º C, este fertilizante líquido se puede aplicar a los árboles incluso a temperaturas más bajas, pero sólo temporalmente.  

Los abonos líquidos o químicos disparan el tamaño de las acículas u hojas del pino. 
El humus de lombriz puede ser una alternativa a los abonos orgánicos de liberación lenta, pero su uso excesivo puede acabar apelmazando el sustrato y reduciendo la permeabilidad del mismo.

Comenzaremos la fertilización del bonsái ya entrada la primavera con la aplicación de un abono orgánico de liberación lenta NPK pobre en nitrógeno para que no se dispare el alargamiento de los brotes.

Cuando los nuevos brotes comienzan a hincharse, la aplicación de abono la suspenderemos hasta que las nuevas agujas ya estén desarrolladas y de un color verde intenso. 
Con ello lograremos un tamaño de agua reducido. 

Dicha interrupción en el abonado estacional no la realizaremos si estamos aplicando al árbol un período de engrosamiento y crecimiento general del mismo.

Durante la etapa más calurosa del verano se retirará el abono y se volverá a aplicar a finales de verano, cuando los pinos empiezan su segunda temporada de crecimiento. 
Las raíces, sobre todo, crecerán mucho durante este período. Ahora es también un buen momento para recuperar o replantar pinos, sólo tienen que ser protegidos de sol directo durante un par de semanas.

En el otoño reanudaremos el abonado para aumentar las reservas de energía y nutrientes de la planta cara al próximo año, pues dependiendo de la robustez y fortaleza del bonsái a finales de otoño así tendremos en la primavera siguiente una fuerte brotación. 
Abonaremos varias veces con fertilizante (PK) libre de nitrógeno.

Sustratos

El sustrato utilizado para los pinos debe ser ante todo bien drenante. 
Como hemos indicado anteriormente, el exceso de humedad es el peor enemigo para las raíces del pino. 
En nuestro sustrato no debe faltar la arena, la corteza de pino para favorecer el desarrollo de micorrizas, hongos localizados en las raíces que ayudan al pino a absorber los nutrientes y el agua que precisa éste, y el pedregullín o ladrillo molido, sobre todo en climas templados donde la humedad del aire sea relevante.

Es recomendable una mezcla de los tres o similar. 
En el caso concreto del pino mugo añadir más piedra a la mezcla, para una mayor porosidad que ésta especie precisa.

También es importante añadir mantillo de pino para promover el crecimiento de los hongos citados, que todos los pinos necesitan para su supervivencia.

En climas más calurosos donde el sustrato se seca rápidamente se deberá ajustar la composición del mismo con mezclas que retengan más humedad si no puede regarlos todos los días, incluso varias veces al día durante la época de mayor calor.

De todas formas son los aficionados los que con la experiencia del cultivo año tras año mejor conoce las mezclas de sustratos idóneas para su clima y sus particulares condiciones de cultivo.


El trasplante

Como regla general no es necesario trasplantar los pinos con demasiado frecuencia. 
En ejemplares jóvenes en crecimiento podremos realizar el trasplante cada dos años mientras que en bonsáis adultos ya desarrollados pueden pasar hasta cuatro entre un trasplante y otro, siempre y cuando el sustrato sea de calidad.

El estado de degradación del sustrato nos servirá de indicador para saber cuándo es necesario volver a trasplantar.

Tras el trasplante, que realizaremos al comienzo de la primavera, antes del despertar del letargo invernal, y consiguiente poda de raíces, durante el primer año posterior las raíces del pino se desarrollan lentamente. 
Durante el segundo año aumenta el ritmo de crecimiento de las mismas así como en el tercer año que es todavía mayor.

Para el cuarto año nos plantearemos renovar el sustrato y recortar las raíces para favorecer el desarrollo de nuevas y más finas.

Las micorrizas: 
Siempre se debe mezclar una porción de su viejo sustrato en la nueva mezcla, porque está lleno de importantes hongos que el pino necesita para sobrevivir. 
El sustrato viejo no se puede eliminar completamente.

Lo que hay que podar durante el trasplante: 
Las raíces largas y gruesas son inútiles y deben cortar en el punto donde éstas son absorbentes y sanas con color amarillo y punta blanca. 
De esta manera también se redirige el flujo de energía y el árbol va a reaccionar al hacer crecer el número raíces absorbentes finas, al igual que cortar una rama promueve el desarrollo de las pequeñas ramitas.

En términos generales pondremos especial atención en el estado general del árbol. 
Si su ritmo de crecimiento es ínfimo quizás tengamos un problema con las raíces y la salud de éstas. 
Para solventarlo renovaremos el sustrato.

El riego después del trasplante debe ser cauteloso, así pues espaciaremos los riegos. 
El pulverizado de su bonsái de pino después del trasplante siempre resultará útil para la recuperación de la hidratación y la supervivencia del mismo. 
No aplicar la fertilización hasta que veamos que ha superado el trasplante.

Finalmente hay que recordar que tras un trasplante el árbol rejuvenece, reacciona aumentando el crecimiento de las raíces, su vigor y por tanto habrá más nuevas velas fuertes. 
Así, el ciclo de equilibrar la energía del árbol mediante sucesivos pinzados comienza de nuevo.

Como apunte final mencionar que los pinos prefieren macetas de cierta profundidad donde establecer cómodamente su sistema radicular.

Poda y pinzado

Realizaremos podas significativas durante las etapas de reposo del bonsai, en invierno principalmente las podas drásticas, para evitar la pérdida de savia y el debilitamiento innecesario de la planta.

Es aconsejable dejar un pequeño muñón en el corte para que éste se seque naturalmente durante los meses siguientes. 
El árbol reconducirá la savia a las zonas vivas del bonsái y tendremos ocasión de crear un jin o madera muerta dentro del diseño general del bonsái. 
No olvidar sellar las heridas con algún producto protector.

Realizaremos podas significativas durante las etapas de reposo del Bonsai, en invierno principalmente las podas drásticas, para evitar la pérdida de savia y el debilitamiento innecesario de la planta.

Tenemos dos tipos de pinzado posibles durante el crecimiento del pino bonsái.

El pinzado de las velas cuándo estas se desarrollan en primavera y el pinzado de la segunda brotación además de la eliminación de las agujas viejas durante el verano o el otoño. 
Debido al fuerte crecimiento apical de la especie eliminaremos las acículas de los tallos superiores dejando 2 pares de hojas y en los inferiores 4 pares de hojas, para repartir el vigor de la planta, tras el metsumi.

Pinzado de primavera en pino negro japonés

La reducción gradual del tamaño de las acículas se verá favorecida con técnicas como la del metsumi y un cultivo adecuado, abonos orgánicos sólidos de liberación lenta, sustratos bien aireados, riegos espaciados, etc..

Así pues el pinzado de los brotes del pino tiene varias finalidades:
Acortar la longitud de las ramas para ceñirlas al diseño previsto.
Conseguir que aparezcan nuevos brotes traseros.
La disminución progresiva del tamaño de las hojas o acículas.

Aunque los pinos son árboles perennifolios, hay cierta cantidad de agujas que anualmente son desechadas paulatinamente por la planta y sustituidas por otras nuevas.

Dependiendo de la especie la aguja vieja tarda más o menos tiempo en ser renovada.
Así por ejemplo en el pino albar (Pinus Sylvestris) tarda 3 ó 4 años, el pino carrasco 2-3 años o el pino negro japonés y el Pinus Pentaphylla tardan entre 2-4 años.

La renovación se produce del interior hacia el exterior de la rama, siendo las agujas traseras las más añejas mientra que las próximas al ápice son las más recientes.
Como ya sabemos, los pinos no brotan de donde no hay acículas salvo en excepcionales ocasiones. 
Por lo tanto si queremos retroceder la brotación a lugares más atrás hemos de pinzar la nueva brotación de los extremos de las ramas para que brote de las yemas latentes presentes en las axilas de la hoja vieja de otros años.

Es el momento de aplicar las técnicas del metsumi y mekiri para conseguir ésta nueva ramificación secundaria.

Mekiri:
Recorte de brotes. 
Se refiere al trabajo de podar nuevos brotes para equilibrar la fuerza del crecimiento de los brotes en pinos. 
El trabajo de poda de yemas ''Mekiri'' no es uniforme y varía según la especie de árbol y el momento de la temporada. 
Una sola ronda de trabajo ''mekiri'' es necesaria una vez al año para un árbol que crece lentamente. 
Pero el proceso debe realizarse con frecuencia para los árboles que muestran un crecimiento rápido.

Metsumi:
Sacando brotes. 
Se refiere al trabajo de arrancar nuevos brotes a principios de la primavera para frenar el crecimiento excesivo de las copas o ramas de los árboles y hacer que el árbol crezca de manera uniforme. 
Hay dos métodos para pellizcar nuevos brotes. 
Una es cortar nuevos brotes con unas tijeras después de que los brotes hayan salido hasta la segunda hoja. 
La otra es abrir brotes fuertes con unas pinzas y retirarlos poco antes de que empiecen a brotar. 
En ambos métodos, la clave es podar los brotes antes de que se pongan firmes y mientras aún estén tiernos. 
Si se quitan a la fuerza después de que estén firmes, se perderán o la raíz del brote se pondrá roja y se verá fea. 
Por lo tanto, se debe prestar atención para evitar tal resultado.

Alambrado

La época indicada para el alambrado es el invierno, pues no hay crecimiento ni peligro de que las ramas engorden y acaben con marcas del alambre. 
También evitaremos al hacerlo en invierno romper los frágiles y tiernos brotes desarrollados en otoño.

Aunque también podemos alambrar en verano, prestaremos especial cuidado a la evolución de las ramas y su posible engrose en otoño que originara marcas por alambre, enormemente difíciles de corregir mas adelante.
Asegúrese de revisar los alambres con frecuencia, especialmente en árboles jóvenes que crecen rápidamente.

En pinos de dos agujas se puede alambrar las puntas de las ramas en horizontal porque el árbol es lo suficientemente fuerte como para forzar el crecimiento de los brotes nuevos en posición vertical.

Reproducción

Si se utilizan semillas de años anteriores para la siembra, es aconsejable someterlas previamente a un período de estratificación fría, de entre 1 a 3 meses a temperaturas entre 0ºC y 4ºC. 
Resulta más difícil reproducirlos por esquejes, pero a cambio se obtiene ejemplares de cierto grosor y troncos sinuosos.

Enfermedades y plagas

Las coníferas son bastante duras respecto al ataque de plagas y enfermedades, no obstante es posible encontrar ocasionalmente con alguna plaga de cochinillas, orugas o arañas y otros insectos. Detectarlas a tiempo y aplicar la solución adecuada eliminará el problema.



Cochinilla algodonosa: 
De color blanco asemejan pequeñas bolas de algodón localizadas en las axilas de agujas y brotes.

Cochinilla lapilla (Leucapsis): 
Más resistente que la anterior a la acción de los productos fitosanitarios. 
Absorben la sabia de las hojas a la vez que inyectan saliva dentro cambiando la coloración de las mismas o la muerte de éstas hojas si el ataque es continuo. 
Se recomienda la aplicación de un insecticida organo-fosfatado (clorpirifos 48%). 
Un cultivo adecuado, con mucho sol, sustrato de calidad, aclarados y pinzados, et.. contribuye a su erradicación.

Procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa): 
Habitual de los pinares, esta oruga de lepidóptero comedora de agujas de pino es conocida por los pelos urticantes de su cuerpo y los efectos alérgicos que puede producir en personas y animales.

Oruga de librea (Malacosoma Neustria):
Otra larva que devora gran cantidad de agujas de los pinos.

Barrenillo (Blastophagus):
Coleóptero que en estado adulto ataca a los brotes verdes y como oruga mina la corteza de ramas y tronco excavando galerías características en la madera, debilitando el árbol y causando daños irreparables en muchos casos.

Perforador (Evetria buoliana):
Larva de mariposa que ataca principalmente a la yema apical y brotes primarios, deformándolos e incluso secándolos.

Amarronamiento de las coníferas:
El típico amarronamiento que puede aparecer en las puntas de las ramas de las coníferas y que acaba en desecación de la misma, tiene su origen en varias causas. 
La más común es el pernicioso encharcamiento del sustrato por mal drenaje del mismo o exceso a la hora de regar. 
El agua ocupa los espacios en los que debería haber aire para poder oxigenarse las raíces. 
A menos oxígeno más dióxido de carbono en el sistema radicular, lo que dificulta la absorción de agua y nutrientes de las membranas de las raíces y en consecuencia el follaje comienza a amarillear inicialmente para posteriormente secarse.

Ataques de hongos:
El hongo Seiridium cardinale al igual que otros patógenos como el Oomiceto (microorganismo – Phytophthora cinnamomi) aprovechan estados de debilidad de la planta para atacarlas, extender sus esporas y secar ramas rápidamente, las cuales son irrecuperables no pudiendo hacer otra cosa que cortarlas. 
Un tratamiento fungicida adecuado durante la primavera y el verano que permitirá prevenir y curar este tipo de ataques en nuestras coníferas.

Banda roja (Dothistroma):
Hongo que afecta principalmente a las agujas superiores del pino, provocando defoliación, reducción de crecimiento e incluso en los ataques más graves la muerte del árbol. 
Aparece en ambientes demasiado húmedos y calurosos, como al inicio de la primavera y se distingue fácilmente por las características puntas marrones que adquieren las hojas. 
Se combate con oxicloruro de cobre, un fitosanitario que aplicaremos a todos nuestros pinos en un mismo tratamiento, afectados o no.

Phomopsis en coníferas:
Patógeno cuyos efectos muy frecuentemente se confunden con el amarronamiento, pues la sintomatología es muy similar; ramas generalmente de las copas que amarillean y se secan. 
Si no se actúa pronto el hongo progresará hacia el tronco, creando chancros o abultamientos latentes y ocasionando la muerte de ramas si no de todo el árbol en casos graves. 
La forma de dispersión es a través de heridas y cortes producidos en el árbol.

Para su tratamiento está indicado la mezcla de Mancozeb, Ciproconazol y Tebuconazol como los más eficaces para luchar contra esta patología y otros fitopatógenos similares como phoma, diplodia y kebatina. 
Como tratamiento preventivo utilizaremos el oxicloruro de cobre de aplicación en otoño.

Variedades de bonsais de coníferas

Especies de coníferas hay muchas. 
De hecho dentro de ésta familia encontramos otros géneros como pinos, araucarias, podocarpos, sequoias, cipreses, juniperos, etc., que engloban centenares de especies arbóreas, de las que recogemos a continuación algunas de las más populares para su cultivo como bonsái.  

Pino Negro (pinus mugo, var uncinata)
Pino laricio (pinus nigra)
Pino albar (pinus sylvestris)
Pino carrasco (pinus halepensis)
Pino piñonero (pinus pinea)
Pino negro japonés (pinus thunbergii)
Pino blanco japonés (pinus phentaphylla)
Pino rojo japonés (pinus densiflora)
Pino azul (juníperus procumbens nana)
Cedro japonés (criptomeria japónica)
Ciprés de Lambert (cupressus macrocarpa)
Ciprés de Arizona (cupressus arizonica glauca)
Tuya de Canadá (thuja occidentalis)
Enebro (juniperus communis)
Sabina rastrera (juniperus sabina)
Sabina albar (juniperus thurifera)
Enebro rojo (juniperus oxycedrus)
Sabina negra (juniperus phoenicea)
Sabina canaria (juniperus turbinata)
Enebro chino (juniperus chinensis)
Cedro del Atlas (cedrus atlantica)
Tejo común (taxus baccata)

Otras coníferas menos utilizadas en bonsai pero igualmente interesantes para su cultivo como tales las citamos ahora.

Ciprés de Leilan (cupressocyparis leylandii)
Cedro (cedrus deodara)
Enebro azul (juniperus squamata blue)
Enebro rastrero (juniperus communis)
Picea común (picea excelsa)
Picea glauca cónica
Pino insigne (pinus radiata)
Pino rodeno (pinus pinaster)
Tuya de china (thuja orientalis aurea nana)
Ciprés común (cupressus sempervirens)
Pino chileno (araucaria araucana)
Abeto azul (picea pungens)

Preguntas frecuentes sobre los cuidados del bonsai pino


A la hora de iniciarse en el cultivo de un bonsai de pino tenemos varias opciones: partir de semilla o adquirir algún plantón de vivero de 1 ó 2 años sobre el que empezar a realizar los primeros trabajos de diseño. 
La primera opción resulta altamente gratificante para algunos aficionados pues permite guiar la vida del árbol desde cero. 
Para los que no tienen tanta paciencia adquirir un árbol de vivero es la forma más directa de ver los primeros resultados de nuestro trabajo en poco tiempo.

Al adquirir un plantón de vivero el sustrato que trae no es el adecuado para su cultivo como bonsái, pero realizar un trasplante fuera de fechas puede resultar contraproducente y más en una especie tan particular como los pinos en cuanto a trasplante y poda de raíces. 
Lo más prudente es esperar a finales de invierno para cambiar el sustrato de origen por otros alternativos, arena de río, humus de lombriz, vermiculita, etc.. 
Mientras podemos realizar otros trabajos como eliminación de ramas innecesarias, primer alambrado de la ramificación primaria o limpieza de acículas.

Al poco tiempo de adquirir un plantón de pino observamos que comienzan a volverse marrones algunas ramas o secarse directamente, mientra otras permanecen verdes. 
Aumentar el riego no es la solución y es más que posible que sea el origen del problema. 
En un altísimo porcentaje de casos es el encharcamiento de las raíces lo que produce el desecamiento parcial de éstas ramas. 
Un sustrato poco poroso y mal drenante ocasiona que el agua ocupe los poros que debería ocupar el aire y las raíces se ahogan por falta de oxígeno. 
No pueden absorber nutrientes y el follaje comienza a amarillear. Ante ésta situación de debilidad hay que añadir el ataque oportunista de agentes patógenos y hongos aprovechan la ocasión para debilitar más aún a la planta.

La solución pasa por controlar el riego, solucionar el problema de falta de aireación del sustrato mejorando su textura y porosidad. Realizar entrecavas para airear el sustrato o aplicar abonos foliares asimilables a través del follaje para un reverdecimiento rápido. 
La aplicación de un fungicida curativo o preventivo también está indicada.

¿Con qué frecuencia se debe regar un bonsai pino?

Es fundamental evitar el encharcamiento de la maceta y más en los bonsais de coníferas. 
Sólo se debe regar cuándo la superficie del sustrato comience a secarse siempre y cuando éste sea un sustrato de calidad. 
En caso contrario éste no empapará bien, lo haga muy superficialmente dejando con falta de agua las raíces inferiores. Regaremos hasta que el agua salga con fluidez por los orificios del drenaje.

Por lo general, el agua potable de nuestros hogares suele contener muchos aportes minerales aguas duras, así como cloro y otros potabilizadores que a la larga pueden ocasionar ciertos problemas a nuestros árboles. 
Se recomienda utilizar agua de lluvia cuando esté disponible, aguas blandas o tratadas con un sistema de ósmosis inversa.

¿Poda y trasplante?

El realizar demasiadas intervenciones a la vez en el bonsái le pueden causar estrés y debilitarlo en exceso. 
Los pinos necesitan tener suficiente masa verde arriba para favorecer el desarrollo de nuevas raíces tras un trasplante, por lo que no es aconsejable realizar ambas acciones a la vez.

La poda de ramas gruesas la realizaremos en invierno con el movimiento de savia parado. 
No olvidar las reglas básicas de selección de ramas:
cortar las que crecen directamente hacia abajo.
eliminar las que crecen directamente hacia arriba.
cortar las que salen del mismo punto dejando sólo una, las que crecen en forma de rueda de carro, las que crecen directamente hacia adelante

Los trasplantes se realizarán antes del inicio de la primavera cuándo las yemas comienzan a moverse. 
En los pinos no se elimina toda el sustrato viejo de las raíces pues perderíamos las micorrizas que contiene y que son imprescindibles para la supervivencia del árbol. 
Tratándose de un alvéolo o plantón de vivero aprovecharemos el primer trasplante para cortar la raíz pivotante y favorecer el desarrollo horizontal del resto de raíces.

Una vez trasplantado se colocará en un lugar protegido del frío, de las corrientes de aire y del sol directo pero siempre en el exterior. 
No abonar un bonsai recién trasplantado.

 Pinus Pinea

Pino Piñonero – Pinus Pinea

Conocido como pino piñonero o pino real ésta extendida conífera presente por casi todo el mundo es muy habitual encontrarla por toda la península Ibérica como autóctona.

Se caracteriza por la producción de piñones comestibles que pueden mantener su capacidad de germinación varios años, pudiendo llegar a alcanzar los 30 metros de altura.

De hoja perenne en forma de acícula de 10 a 20 cm de largo.

Ésta conífera es muy agradecida cuando se trabaja como bonsái a pesar de no tener mucho predicamento entre la mayoría de aficionados al bonsái, mayormente por desconocimiento de la especie.

Características del pino piñonero

Se trata de un árbol perenne que puede llegar a alcanzar los 30 metros de altura, presentando en su madurez su habitual copa ancha en forma de paraguas abierto, es una especie muy longeva, pudiendo alcanzar los 500 años de edad, presentando en estado adulto la forma redondeada de su copa.

La corteza es gruesa, de color pardo grisáceo y muy estriada, siendo el fondo de color rojizo.

Presenta hojas aciculares rígidas y punzantes de entre 10 y 20 cm de larga  por pares, en los ejemplares adultos.

Florece en primavera, siendo las flores masculinas de forma cilíndrica, formando espigas alargadas amarillas y agrupadas.

Las flores femeninas también se agrupan en un cono de color verde rojizo.

La piña madurará al tercer año o en la primavera del cuarto año.
En la naturaleza es habitual encontrarlo en terrenos arenosos, nunca encharcados, incluso en dunas y zonas de costa.

La plaga de insectos más importante que puede atacarle es la conocida oruga procesionaria del pino (thaumeotopoea pityocampa).

Pino Piñonero Bonsái

La ubicación será, como todas las coníferas en exterior, a pleno sol durante todo el año. 
También soporta la brisa marina de las zonas de costa.

De crecimiento lento pero vigoroso es un árbol de gran longevidad y que precisa de largas insolaciones para fructificar.
Soporta bien el frío y las heladas invernales así como la sequedad del verano y como hemos dicho anteriormente requiere mucha luz.

Durante la etapa de crecimiento y desarrollo utilizaremos macetas de entrenamiento relativamente profundas para que el sistema radicular se desarrolle plenamente,  y en ésta especie en concreto tienden a crecer bastante.

Como sustrato recomendado para el trasplante podemos utilizar Pedregullín y turba 70/30 como sustrato o bien otras combinaciones, como arena de río, mantillo y pedregullín al 50/25/25.

En cuanto a su reproducción mediante esquejes es difícil de conseguir. 
Las semillas de pino se pueden conservar largo tiempo si se guardan en recipientes sellados y almacenados a temperaturas entre 0ºC y -15ºC, siendo su porcentaje de germinación del 90-95 %.

 Pinus Densiflora

Pino Rojo Japonés – Pinus Densiflora

El color rojizo marrón de su corteza da lugar al  nombre de esta pinácea originaria de tierras asiáticas, más concretamente de áreas templadas  de Japón y Corea principalmente, muy apreciada por su uso maderero y ornamental.

El epíteto de la especie, densiflora , se deriva de la  palabras latina densus, que significa denso o grueso, y flos , que significa flor, lo que podríamos entender como densamente florecido.

Su nombre japonés es akamatsu de las palabra saka=rojo  y matsu=pino,  que configura el nombre conocido de pino rojo.

Características del pino rojo japonés

Diferencias entre el pino rojo y el pino negro: color más claro de la aguja y crecimiento menos compacto. 
Las yemas del akamatsu son típicamente rojas.
Las hojas presentan dos acículas por fascículo o vaina  y son de color verde claro intermedio, sin el tono azul glaucado del pino albar, (pinus sylvestris) con el que está estrechamente emparentado, y de tamaño ligeramente mayor que las del pinus thunbergii.

De crecimiento menos vigoroso que el mencionado pino negro japonés, la floración amarilla primaveral da paso a unos típicos conos color violeta de los frutos.

Los especímenes añejos presentan una interesante corteza craquelada de color rojo intenso.

Los conos de polen aparecen a principios de primavera, son cónicos y alargados y de color amarillo anaranjado.

Los conos de semillas comienzan al mismo tiempo y son de color amarillo a púrpura. 
Estos conos femeninos maduran al caer y son pequeños, de no más de 6 cm de largo, que aparecen solos o en grupos.

Las semillas aladas miden alrededor de 1.5 cm de largo.

Lo ubicaremos en donde reciba la exposición directa al sol. 
No tolera la sombra o la sem-isombra.

En invierno el follaje se torna ligeramente amarillento.

Como todos los pinos, precisa de suelos bien drenados y ésta especie en particular ligeramente ácidos.

A la hora de trasplantar y renovar el sustrato utilizaremos una combinación de pedregullín y turba o mantillo en partes iguales.

Este es un árbol bastante sencillo en cuanto al cultivo se refiere. Prefiere los suelos ácidos y bien drenados como indicabamos antes, pero es probable que sea más tolerante al agua que pino. thunbergii.

Al igual que con la mayoría de los pinos, para crecer bien se requiere pleno sol. 
Puede soportar tanto el calor como el frío intenso.

Pino Rojo Japonés como Bonsái

Algunas de las variedades más comunes de encontrar son:    umbraculifera, siebold, globosa o albifolia.

Las ramas de esta pinácea presentan una gran flexibilidad, lo que es bueno para la colocación y alambrado de las mismas  y por contra nos obliga a dejar alambradas dichas ramas mayor tiempo que en otras especies de pinos japoneses.

Los conos masculinos de Pinus densiflora son abundantes y a menudo nacen en grupos. 

Enfermedades habituales.

Aparte de las habituales plagas y enfermedades que pueden atacar a las coníferas mencionamos por su especificidad

Igual que su pariente, el pinus thunbergii, el pino densiflora ha sido atacado por el nematodo del pino norteamericano (Bursaphelenchus xylophilus), causando la enfermedad conocida como marchitamiento del pino.

Un escarabajo de cuerno largo nativo del Nuevo Continente conocido como el aserrador de pino japonés, (Monchamus alternatus), es el causante de la propagación de estos nematodos de un árbol a otro, a veces eliminando masas forestales enteras.

Los nematodos viven en el tracto respiratorio del escarabajo y se propagan de árbol en árbol a medida que los escarabajos penetran en la corteza, depositando en ella a los pequeños gusanos. 
No es raro ver en zonas alpinas muchos árboles muertos y moribundos en las laderas, víctimas del doble golpe del escarabajo y su nematodo. 
Se dice que la plaga del marchitamiento del pino provocado por los nematodos  invasores comenzó poco después de la ocupación estadounidense de Japón tras la Segunda Guerra Mundial.

Según algunas fuentes, como el microbiólogo japonés Masanubu Fukuoka, la enfermedad sólo se activa en árboles debilitados y/o que han perdido su masa de hongos micorríticos de las raíces, lo cual ocurre si el pH del suelo se vuelve demasiado ácido para la supervivencia de estas micorrizas.

Por tanto evitar la excesiva acidificación del sustrato es la mejor prevención para evitar el ataque de éstos nematodos.

 Pinus Nigra

Pinus Laricio – Pinus Nigra

Pino salgareño, pino laricio o pino negral  son algunos de los nombre comunes por los que es conocida esta conífera perteneciente a la familia de las pináceas.
Es una especie moderadamente variable, que aparece por todo el sur de Europa desde España hasta Crimea, y también en Asia Menor, Chipre, y localmente en los montes Atlas del noroeste de África. 
Se ha naturalizado en partes de los estados del medio oeste de los EE. UU.
El grueso de su área de distribución está en Turquía. 
Se encuentra en alturas que van hasta 2000 m sobre el nivel del mar, más frecuentemente desde los 250 hasta los 1600 m.
 
Características del pino laricio

Conífera propia del clima atlántico con cierta influencia de la cuenca mediterránea. 
Viven entre los 800 y los 1500 metros de altitud, sobre suelos sueltos y calizos.

Muy resistente a las fuertes heladas, por debajo de -15ºC, así como a los vientos persistentes.

Su corteza es grisáceo-blanquecina en el tronco y anaranjada en las ramas. 
Es la especie de pino autóctona ibérica más longeva, llegando a superar algunos ejemplares presentes en la Sierra del Segura los 1000 años de antigüedad.

El pino negro presenta  el tronco rugoso, de color gris marrón o marrón oscuro y las acículas  dispuestas a pares, rígidas, con el ápice agudo, de color verde oscuro y de una longitud entre 8 y 12 cm.
La corteza la conforma placas longitudinales color gris claro y las piñas son pequeñas, de color verde durante el crecimiento.

Recibe el nombre de “nigra” por el color oscuro de sus acículas, rígidas pero poco punzantes.  
Éstas tienden a agruparse en el final de los brotes y persisten de 3 a 6 años. 
Sus piñas crecen casi horizontales, de escudete pentagonal y con una ligera depresión en el centro.
Los piñones maduran al segundo año.

Cultivo

Requiere un suelo de pH neutro o ligeramente ácido y que conserve  una relativa humedad.
Con una velocidad de crecimiento media.

Poda y ramificación

En otoño e invierno se eliminan las ramificaciones que sea necesario para equilibrar el árbol o definir un diseño.
En primavera se puede eliminar de 1/3 a 2/3 de los brotes nuevos o velas, una vez que se hallan desarrollado pero antes de que desarrollen las nuevas acículas.

También se pueden eliminar las acículas de años anteriores, dejando las de los extremos de los brotes para la selección posterior.
A finales de otoño se puede eliminar la yema apical de cada rama dejando sólo las laterales para incrementar la brotación y desarrollo vegetativo en la próxima temporada.

 Pinus Halepensis

Pino Carrasco – Pinus Halepensis

El pino halepensis, comúnmente identificado como pino carrasco es una conífera autóctona habitual de la cuenca mediterránea, que puede alcanzar entre 15 y 20  metros de altura dependiendo de la aridez del suelo.
Originario de la región mediterránea. 
Su área de distribución se extiende desde Marruecos, Argelia, Túnez y España al norte hasta el sur de Francia, Malta, Italia, Croacia, Montenegro y Albania, y al este hasta Grecia. 
Hay una población periférica en Siria, Líbano, sur de Turquía, Palestina, Jordania e Israel.

Es por lo general un árbol de copa ancha, con abundante ramificación y acículas de color verde claro. 
Su corteza de color oscuro y agrietada en árboles adultos contrasta con la corteza de las ramas que son lisas y de color gris claro. 
También se le conoce con el nombre de pino blanco.

Su distribución es amplia por toda la zona costera y es habitual verlo en latitudes bajas, hasta los 800- 1000 metros.

Por su abundante producción de resina en otros tiempos se utilizó para su aprovechamiento comercial. 
De dicha resina se obtiene trementina, de la que se destilan varios productos para la industria química. 
También se aprovecha su corteza para conseguir taninos, empleados en el curtido de pieles.

La ramificación  baja y profusa sobre todo a nivel medio y bajo tradicionalmente lo ha desaconsejado para su uso madedero por la dificultad de producir troncos rectos.

Pino Carrasco Bonsái

Las acículas se presentan por parejas y tamaño relativamente cortas, en comparación con otras especies, entre 6 y 8 centímetros de longitud, finas y flexibles.

Las flores masculinas  son de color amarillos, de entre 1 y 1,5 centímetros reunidos en un grupo y dispersados por todas la copa y periferia del árbol, mientras que los femeninos  son más escasos, tienen forma de piña pequeñita, de color púrpura claro y unos 5 ó 6 centímetros de longitud.

Las piñas maduran en el otoño del año siguiente al que florecieron. 
La piña es pedunculada, cónica, y aloja en su interior a las semillas.

Al cultivarlo como bonsái, el aficionado pronto descubrirá la gran dureza de ésta especie no sólo frente al clima, sino también a los trabajos, no siempre afortunados ni dentro de fechas de los aficionados noveles. 
Si te gustan los pinos, el bonsái de pino carrasco no debe faltar entre tus árboles.

No olvides situarlo a pleno sol durante todo el año.

El calendario actuaciones del bonsai pino halepensis no se diferencia en lo esencial del visto con anterioridad para otras especies de pino. 
He aquí los puntos esenciales y cuidados del mismo.

Pinzado

Solo brota donde queden acículas verdes. 
Importante no olvidar ésta máxima en los pinos y sobre todo en el pino carrasco.

En ésta especie podemos observar dos tipos de crecimientos:

Crecimiento juvenil, durante los primeros años de vida o en etapas posteriores de acusado estrés. 
Muestra crecimientos verdes cortos con vainas de 1 sola acícula, que podemos pinzar repetidamente.
Brotación primaveral con velas y agujas largas y por pares, que pinzamos en primavera, cuando alcanzan su máximo tamaño previo a la aparición de las agujas (metsumi).

En el primer caso los brotes simples juveniles  los iremos pinzando según vayan alargándose y teniendo en cuenta que por lo general emite 2-3 brotes nuevos cerca del punto de corte. Realizando ésta labor repetidas veces durante la estación de crecimiento se consigue una densificación notable y rápida.

En el caso de las velas, debemos pinzar en el momento idóneo dejando mayor o menor proporción de vela en función del tamaño de la misma, su vigor y su localización: cortamos 2/3 parte en las superiores vigorosas y sólo 1/3 en los inferiores más débiles.

El pinzado regular de los brotes juveniles del pino halepensis al principio del verano provocará el aumento de la brotación trasera, que será de hoja más pequeña. 
Si a partir de éste momento limitamos el aporte de nitrógeno en el abono los nuevos brotes no se prolongarán en exceso.

En otoño, limpiaremos el árbol de aguja vieja.

Alambrado

Lo realizaremos con alambre de cobre, igual que el resto de coníferas. 
Preferiblemente a partir de otoño. 
Las ramas de ésta especie son de gran flexibilidad y maleabilidad. 
Por ello dejaremos el alambre en las ramas más tiempo de lo habitualmente con otras especies de pino para que no vuelvan a su posición inicial.

Poda

En cuanto a la poda del bonsai pino carrasco, seguiremos el patrón de crecimiento que en el resto de pinos ya trabajados. 
La mayor fuerza del árbol se concentra tanto en el ápice como en el extremo de las ramas principales, con un crecimiento marcadamente vertical durante los primeros años de vida. 
Su objetivo; buscar la luz, lo que conlleva el debilitamiento de las ramas inferiores e internas.
En etapas adultas de desarrollo éste patrón cambia aumentando la fuerza en las ramas horizontales para aumentar su tamaño.

Nuestro objetivo con el pinzado selectivo y la poda será igualar ésta vitalidad dispar del árbol, disminuyendo la fuerza en las ramas fuertes, con mayor capacidad fotosintética y de producción energética, para favorecer el crecimiento de las ramas débiles, que de lo contrario acabarían muriendo.
Las podas severas se realizarán durante los meses de invierno y cubriremos las heridas con pasta cicatrizante.

En otoño podemos aprovechar la maleabilidad de la madera para realizar jin y sharis.

Trasplante

Su gran resistencia incluso en parajes áridos y secos se debe a la emisión de largas raíces con las que buscar la poca humedad que presente el suelo. 
Su recuperación de la naturaleza es complicada por la dificultad de encontrar raíces finas cerca del tronco.

El trasplante para renovar el sustrato no presenta mayor dificultad una vez el árbol está establecido en maceta. 
Como a cualquier conífera dejaremos 2/3 partes del sustrato y las raíces del árbol. 
Con ello aseguramos no desprendernos de las micorrizas,  hongos en relación simbiótica con las raíces del pino, imprescindible para garantizar la continuidad del pino.

El sustrato habitual para los pinos y para el pino halepensis como lo hablamos anteriormente.

Abonado

En árboles maduros debemos limitar el aporte de nitrógeno (N) para evitar la prolongación excesiva del tamaño de las agujas y su desproporción dentro del diseño del árbol. 
En cambio, en otoño fertilizaremos  con generosidad para que el árbol aumente sus reservas cara a la brotación de la próxima primavera.

Enfermedades

El pino carrasco es un árbol duro ante las plagas.
No obstante puede verse afectado puntualmente por algún ataque de ácaros que pueda debilitar y hacer palidecer el verde de las acículas. 
Trataremos con un acaricida específico.

Aplicando los tratamientos fitosanitarios preventivos habituales en los pinos mantendremos a nuestro bonsái halepensis libre de problemas de pulgones o ataques de hongos, como la fitophtora, frecuentemente confundido con el amarronamiento de las coníferas.

La prevención siempre es la mejor de las curas.

Para concluir insistir en que esta especie, el pino halepensis es realmente fuerte y ofrece un buen comportamiento a todos los trabajos que precise realizarle. 
En comparación con otras especies de pino quizás se tarde más tiempo en conseguir una corteza atractiva, pero igualmente bellas cuando éstas son maduras.

En cuanto a la longitud excesiva de sus acículas, el otro punto por el que no goza de gran predicamento entre algunos aficionados, es sólo cuestión de un buen cultivo conseguir un tamaño de hoja más que aceptable.

 Pinus Sylvestris

Pino Albar – Pinus Sylvestris

Conocido comúnmente como pino albar, pino silvestre, serrano, pino rubio o pino rojal.
Pinus sylvestris, el pino silvestre (Reino Unido), el pino silvestre (EE. UU.) o el pino báltico, es una especie de árbol de la familia de los pinos Pinaceae que es nativa de Eurasia, desde Europa occidental hasta Siberia oriental, al sur del Cáucaso. 
Montañas y Anatolia, y al norte hasta bien adentro del Círculo Polar Ártico en Fennoscandia. 
En el norte de su área de distribución, se encuentra desde el nivel del mar hasta los 1000 m, mientras que en el sur de su área de distribución es un árbol de montaña que crece a una altitud de 1200 a 2600 m. 
Se identifica fácilmente por su combinación de hojas bastante cortas de color verde azulado y corteza de color rojo anaranjado. 

La especie se encuentra principalmente en suelos arenosos más pobres, afloramientos rocosos, turberas o cerca del límite del bosque. 
En sitios fértiles, el pino es superado por otras especies de árboles, generalmente abetos o árboles de hoja ancha 
También responde a nombres como scots pine o scotish pine en las Islas Británicas.

Situación

A pleno sol durante todo el día. 
Es un árbol que requiere intensidad en las horas de insolación que recibe, sobre todo en los primeros años de cultivo.

Las altas temperaturas favorecen su desarrollo y crecimiento por lo que lo expondremos al sol todas las horas que nuestro clima nos permita.

En climas con pocas horas de sol, las agujas se alargarán y debilitarán progresivamente, deteriorándose la salud del árbol. 

Sustrato

Un sustrato equilibrado para cultivo de coníferas con un pH alrededor de 6 será suficiente para garantizar el correcto cultivo de éste pino. 
Debe estar presente una arcilla granulosa y aporte extra de hierro y algún otro separador como arena de río, grava volcánica o pómice, incluir mantillo de pino en la mezcla. 
Este aporta ligereza al sustrato a la vez que algo de humedad, un extra de micorrizas y un mínimo de materia orgánica que favorece el crecimiento a ésta especie.

Para inducir a la micorrización del sustrato podemos optar por varias soluciones. 
La más común es conservar parte del sustrato antiguo como inoculador del hongo sobre las nuevas raíces. 
También existen métodos más innovadores, como la aplicación de preparados a base de esporas de algunos hongos sobre el sustrato. 
Éstas esporas germinarán cuando se den las condiciones adecuadas de humedad y temperatura y entablando su relación simbiótica con las nuevas raíces.

Abonado

En primavera y otoño. 
Al tratarse de un árbol vigoroso, sobre todo los ejemplares en formación, le va bien los abonos que aporte nutrientes orgánicos, así como microelementos, como el hierro. 

Riego

El sustrato empleado es muy drenante y por tanto hay que estar atento a la desecación del mismo, en durante épocas calurosas será muy rápida. 
Regaremos abundantemente cuando esté el sustrato completamente seco.

En árboles ya formados podemos reducir someramente dichos riegos para mantener controlado el tamaño de las agujas. 
Esto lo haremos cuando las velas se estén desarrollando a principios de primavera, antes de que las acículas nuevas aparezcan.

Trasplante

En contra de lo que en un principio pudiese parecer, que cuánto más tiempo en maceta, más raíces tendrá y más fuerte brotará, lo cierto es que para que crezca con fuerza las raíces necesitar espacio para desarrollarse y crecer también, por lo que es imperativo transplantar periódicamente el árbol, para renovar el sustrato y cortar parte de esas raíces excesivamente largas.

A la hora de tocar las raíces de un pino es aconsejable que éste ya haya despertado a la primavera, sobre el mes de julio o Agosto dependiendo de las zonas, mostrando cierta actividad en sus yemas.

Formación y desarrollo

Es un árbol que en la naturaleza presenta un crecimiento vertical muy marcado, con la emisión de ramas verticiladas, la típica salida en forma de rueda de carro de varias ramas desde un mismo punto del tronco en forma radial. 
Un detalle importante sobre la brotación y elongación de los brotes.

Al comienzo del verano es cuando se produce el mayor crecimiento en grosor del tamaño del tronco y no en primavera como cabría suponer, propiciado por la acumulación de reservas originadas mediante la fotosíntesis en la estación primaveral.

Es en la primavera cuando el crecimiento vertical se dispara, emitiendo nuevos tallos desde las yemas en reposo de las axilas de las acículas.

La particularidad de que el crecimiento de los nuevos brotes se produzca antes que el engrosamiento del diámetro está motivado porque el segundo depende de la auxina (hormona fitovegetal reguladora del crecimiento vegetal) producida por las nuevas hojas desarrolladas previamente que inicia la activación y multiplicación de las células del cambium.

Las hojas o acículas de éste pino pueden perdurar en el árbol entre 3 ó 4 años como norma general, aunque pueden llegar hasta 5 años antes de eliminarla naturalmente.

Alambrado

Para conseguir el diseño buscado se hace imprescindible el alambrado de la ramificación fina.

Pinzado y aclarado de agujas

En árboles jóvenes en proceso de formación dejaremos crecer los brotes verdes de los extremos de las ramas dejándolos crecer libremente durante la primavera para que vigorice la rama entera y procederemos en verano a despuntar con tijera. 
Con ello propiciaremos una segunda brotación trasera en dichas ramas, además de emitir un nuevo brote en el punto de corte.

En árboles ya formados el crecimiento de brotes y ramas es más parejo y está más repartido el vigor del árbol aunque es probable que persista en presentar yemas más largas en la zona apical. 
En éste caso igualaremos el tamaño de ésas al resto de velas.

Como hemos mencionado las agujas del pino sylvestris pueden durar un mínimo de 3 años en el árbol antes de secarse y caer. Antes de que esto ocurra las eliminaremos, preferentemente en verano, para favorecer la iluminación de zonas interiores.

Podemos reducir el vigor de ramas demasiado fuertes y vigorosas de la zona de la copa eliminando también alguna hoja nueva de la temporada. 
Dejando de 4 a 5 pares de hojas en estos brotes fuertes será suficiente.

Progresivamente la diferencia de fuerza de los brotes entre las distintas zonas del árbol se irá equiparando con el paso de los años y acabaremos consiguiendo un pino equilibrado y compacto.

Eliminación de agujas

La eliminación de parte de las agujas del pino es la última tarea principal para regular el crecimiento durante la temporada, si no se realiza, todo el trabajo anterior habrá sido en vano.

Menos agujas significa menos transporte de energía a las velas superiores. 
A finales de verano o principios de otoño retiraremos todas las viejas agujas traseras para dejar pasar la luz y el aire al interior del árbol. 
Las agujas se arrancan tirando en la dirección en que éstas crecen, con lo cual hay menos posibilidades de dañar la corteza. También tiene la opción de cortar la aguja con tijera por encima de la vaina que la contiene, que posteriormente se secará y caerá. 
Se trata en cualquier caso de evitar dañar la corteza de la rama y por tanto preservarla.

Arrancaremos las agujas del crecimiento de éste año de los brotes fuertes, dejando 5-6 pares. 
Hacer lo mismo dos semanas más tarde en los brotes de resistencia media, dejando 8-10 par de agujas. 
Una vez más no tocar los brotes débiles.

La reducción del número de agujas es una operación estresante para el árbol, por lo que sólo se  debe realizar si el árbol está sano. 
Registre los pasos que está dando, anótelos o incluso documéntelos fotográficamente para poder evaluar al año siguiente si lo hizo correctamente o debe cambiar algo del procedimiento descrito.

 Pinus Parviflora

Pino Blanco Japonés – Pinus Parviflora

El pino blanco japonés o también conocido erróneamente como pino de cinco agujas, que es en realidad el nombre común de la variedad Pinus Pentaphylla, es originario de Corea y Japón, de latitudes medias y  es unas de las especies más apreciadas para su cultivo como bonsái.

Posee un tronco de corteza color gris con escamas negruzcas. Las acículas presentan un tono color verde azulado, se agrupan en número de cinco y tienen un tamaño reducido de entre 4 y 6 cm.
Ramifica densamente y posee un crecimiento lento por lo que en ocasiones se le injerta sobre variedades más vigorosas, como el Pino Negro Japones, Pinus Thunbergi.
No se recomienda su cultivo en zonas de costa por el debilitamiento en el que acaba sucumbiendo.

Ubicación

A pleno sol. 
No apto para zonas de sombra o semisombra. 
Necesita sentir el paso de las estaciones y el frío invernal para que se estimulen sus yemas en primavera. 
El cultivo en exterior es también un factor de reducción del tamaño de la hoja a tener en cuenta.

En otoño, con la llegada de los primeros fríos y la disminución de las horas de luz solar,  nos encontramos con cambios de color en la coloración de parte de las agujas del pino, que se tornan de color amarillento a anaranjado y finalmente se caen.

No se trata de una enfermedad o sintomatología, sino de un proceso natural por el cual el propio árbol desecha sus acículas maduras y renueva así su masa verde con la nueva hoja.

Los aficionados que no quieran esperar a que sea el árbol quien tire la hoja vieja, pueden eliminarla manualmente en los meses previos de mediados o finales de verano, cuando las nuevas brotaciones primaverales ya maduraron.

Riego

Espaciados hasta que se seque la superficie del sustrato. 
No es necesario pulverizar ni tenerlo en ambientes demasiado húmedos por la posibilidad de aparición de hongos. 
La calidad del agua debe ser excelente. 
De ósmosis a falta de agua de lluvia.

Pinzado

Se aplicarán las técnicas específicas de pinzado de pinos: metsumi y mekiri en las fechas adecuadas para tales tareas y como siempre con árboles  vigorosos y sanos. 
Le cuesta desarrollar ramificación trasera. 

Al ser una especie que sólo tiene una brotación anual, el pinzado que le realicemos tendrá como objetivo equilibrar la fuerza del árbol entre las distintas ramas, acortando el tamaño de las velas en función de su vigor, si son brotes fuertes o débiles.

Alambrado

A partir de marzo, iniciado el otoño.

Abonado

Con abonos orgánicos sólidos ricos en fósforo y potasio pero no tanto en nitrógeno, pera no aumentar el tamaño de las acículas, durante las estaciones de mayor crecimiento.

Como al resto de coníferas agradece un complemento de hierro al menos una vez al año. 

Trasplante

Al inicio de la primavera como el primer movimiento de savia o comienzos de otoño, de 2 a 3 años en ejemplares en formación y más espaciada en ejemplares adultos.

Un sustrato de pedregullín o ladrillo y mantillo al 50% será una buena opción para ésta especie de tan lento desarrollo radicular. Tras el cambio de sustrato, restituir las micorrizas eliminadas al nuevo sustrato y protegerlo someramente de corrientes y vientos o insolaciones fuertes durante las primeras 3 ó 4 semanas, pero sin abandonar el exterior.

Reproducción

Por semillas, injertos o acodos. 
El esqueje queda descartado por la dificultad del mismo de aplicar en ésta especie. 
A primeros de noviembre (hemisferio Sur) será el momento adecuado para realizar dichos acodos.

En resumen, una de las especies de pino más empleadas en la realización de bonsáis y con el que conseguir espectaculares bonsáis japoneses.

 Pinus Mugo

Pino Negro – Pino Mugo

Árbol conocido también como pino de montaña o pino moro, presenta dos subespecies; Pino Mugo subesp. Mugo, espécimen arbustivo que se localiza principalmente en los Alpes y el Pino Mugo variedad Uncinata o Pino Negro que podemos encontrar en los Pirineos.

Mantenimiento y cuidados del Pino Mugo

Las tareas descritas son anuales y su objetivo es equilibrar la fuerza del árbol y conseguir la máxima reducción de la hoja.

El mantenimiento del diseño del bonsai ya formado implica dominar las técnicas que permitan equilibrar la energía de crecimiento dentro del árbol.

 El pinzado de las velas, la eliminación de brotes, despuntes o selección de yemas son tareas  imprescindibles para mantener el árbol  sano y bien equilibrado.

Partiremos del supuesto que tenemos un árbol descuidado, sin desarrollar plenamente. 
En primer lugar, observaremos las diferentes partes del árbol, la intensidad del follaje o la ramificación existente en las distintas partes del árbol.

Las zonas  exteriores de las ramas en el bonsái muy probablemente serán más fuertes que las partes internas, con agujas más largas y brotes más sanos. 
Así aprenderemos a diferenciar las partes fuertes de los débiles.

Pinzado de velas

El primer paso para equilibrar el crecimiento del árbol será pinzar las velas nuevas durante el inicio de la estación de crecimiento pellizcándolas a mayor o menor distancia en función de su tamaño y vigor. 
Pinzaremos hasta 2/3 de su tamaño en las ramas fuertes y 1/3 en las medianas.

Los brotes débiles los dejaremos sin tocar. 
Podemos utilizar las pinzas o simplemente los dedos en un corte recto. 
Sujetando la base de la vela con una mano, utilizaremos los dedos pulgar e índice de la otra para romper dicha vela a la altura estimada.

En la selección de brotes dejaremos como siempre 2 brotes por rama para crear una bifurcación en la ramificación secundaria. Los brotes innecesarios los eliminaremos a medida que aparezcan.

Eliminación de la  aguja

En las etapas tempranas de formación del Pinus Mugo, las agujas de años anteriores deben mantenerse en las ramas, pues la brotación posterior depende de esas viejas agujas, es en su base donde los nuevos brotes crecerán. 
En etapas posteriores una vez desarrollado el  árbol, cuando hay suficientes velas para trabajar, se puede empezar a cortar las agujas de mayor edad.

En el pino mugo nunca se arrancan las agujas.
Ni siquiera las agujas de los últimos años.
Siempre las cortaremos con tijeras, dejando 3 o 4 milímetros de la aguja por encima de las vainas. 
Al hacerlo de esta manera, se retrasa considerablemente la brotación posterior entre las axilas de las vainas.

Sólo en árboles adultos ya formados podemos eliminar alguna aguja para equilibrar la energía y mantener el diseño.

Poda de ramas

Aunque el pino mugo es más fuerte que otros pinos de dos agujas, el árbol reacciona bien a la poda, incluso la poda dura, cuando esto se hace a finales de otoño o invierno temprano.

Elimine todo el crecimiento que no necesita en las zonas fuertes, pero tenga cuidado con lo que usted poda en las zonas más débiles. 
Al podar una rama gruesa, siempre es mejor dejar un muñón para que tenga la oportunidad de volver a secar naturalmente. De esta manera, el árbol tiene tiempo para encontrar un nuevo camino a la savia alternativo  en torno a éste corte.

También hay menos riesgo de que seque alguna rama. 
Después de que el tocón se ha secado siempre se puede utilizar como un jin o eliminarlo por completo, si usted decide quitarlo se puede tallar y la herida se cure más rápidamente y de forma más natural. 
De nuevo sólo realizar esta poda grande de ramas en árboles sanos y aún así no todos los años.

En ejemplares adultos de más de 25 años realizaremos intervenciones tales como podas drásticas, trasplante o alambrado espaciándolas en el tiempo, no haciéndolas coincidir todas o varias en el mismo año. 
Sólo una intervención por año.

En ejemplares más jóvenes los tiempos de recuperación son más cortos y permiten trabajos más frecuentes, pero no olvidemos en ningún caso que los pinos en general requieren ser trabajados lentamente, sin prisas.

El trasplante

El pino mugo tiene una reputación inmerecida de delicados en el tema del trasplante y el debilitamiento que éste le produce. 
A diferencia de su pariente el pino negro japonés que se trasplanta al inicio de la primavera cuando sus velas se extienden, el pino mugo puede trasplantarse incluso en verano, entre julio y agosto, siendo de las pocas especies de coníferas que llevan bien el trasplante durante la época de crecimiento. Como en el resto de pinos, no lavaremos las raíces ni renovaremos la totalidad del sustrato.

Al trasplantar no es necesario eliminar parte de la hoja para compensar la evaporación de éstas con la reducción de raíces, pues las agujas cerosas del pino requieren poca absorción de humedad por parte de las raíces; por tanto no tenemos que reducir la transpiración de éstas eliminando parte del follaje.

Al contrario, cuánto más follaje tenga el árbol tras el trasplante más fuerza tendrá para reparar y regenerar la masa radicular. 
El árbol en poco tiempo equilibrará la masa radicular con la masa foliar.

Como siempre, mantener el árbol recién trasplantado alejado del sol directo durante unas semanas y rociaremos frecuentemente el follaje del mismo para hidratarlo.

 Pinus Thumbergii

Pino Negro Japonés – Pinus Thunbergii

Es sin duda el rey de las coníferas cuando pensamos en un bonsái. 
Con sus agujas de color verde brillante, su corteza rugosa y su aspecto tan característico representa por antonomasia la imagen típica de un árbol bonsái.

Veamos algunos de los rasgos que lo hacen tan apreciado.

Esta conífera perteneciente a la familia de las pináceas es la típica especie que los aficionados al bonsái incluyen entre sus árboles.

Originario de zonas costeras de Japón, China  y Corea  su vigor, su corteza cuarteada de colores negros y plateados y su capacidad para reducir el tamaño de la hoja con un pinzado y cultivos adecuados le hacen especialmente indicado y elegido por muchos aficionados al bonsái.

Las acículas, de entre 7 y 12 cm de longitud están agrupadas por pares con una vaina blanca en la base y puntiagudas en su extremo. 

Ubicación

Exterior donde reciba mucha luz y sol abundante, lo que favorecerá también la reducción del tamaño de la hoja. 
También agradece algo de humedad ambiental. 
Capaz de soportar temperaturas bajo cero e inclemencias invernales severas.

No debemos olvidar la importancia de éste punto a la hora de comprar pino thunbergii.

Riego

Como el resto de coníferas dejaremos secar la tierra superficial del sustrato entre dos riegos. 
La humedad constante no es aconsejable para el sustrato, que debe drenar perfectamente.

Abonado

El abonado se administrará durante primavera y otoño principalmente, reduciéndose su aplicación en verano e invierno. Principalmente en otoño, cuando el árbol está haciendo acopio de energía para la brotación de la próxima estación el abonado debe ser especialmente rico en nitrógeno.

Utilizaremos preferentemente un abono orgánico deliberación lenta. 
Algunos abonos de fabricación artesanal incluyen harina de colza, de hueso triturado y emulsión de pescado, colocándose alrededor de la superficie del sustrato y de una duración aproximada de un mes.

En definitiva abono orgánico sólido y suplementos de hierro en el sustrato al menos un par de veces anualmente.
También sería interesante aportar algo de potasio extra al final de la temporada de crecimiento.

Trasplante

De dos a cuatro años dependiendo de la edad del ejemplar, al comienzo de la primavera, antes de que las nuevas yemas comienzan a desarrollarse. 
Conservar parte del sustrato renovado para no eliminar por completo las micorrizas del mismo. 
No excederse a la hora de cortar raíces.

Tampoco hacer coincidir el trasplante con podas severas de ramas o pérdida importantes de masa verde.

El sustrato utilizado a la hora de trasplantar es recomendable sea muy poroso, con poca o ninguna materia orgánica una mezcla de pedregullín y arena y como mucho cáscara de pino.

Durante dos semanas aproximadamente lo protegeremos de la luz directa del sol.

Sustrato

Recomendable 50% pedregullín o ladrillo triturado y 50% arena de gruesa de río. 
Como extra podemos añadir humus de lombriz a la arena de río, lo que nos queda 50% pedregullín, 25% arena gruesa de río, 25% humus de lombríz.

Pinzado

Los brotes se acortan en primavera (pinzado con los dedos de las velas o metsumi antes de que éstas desarrollen las  nuevas acículas) y en verano se hace una selección de los mismos, eliminando los fuertes o en número excesivos (mekiri).

Esto obliga al árbol a emitir una segunda brotación antes de que llegue el invierno.

Normalmente dejamos dos yemas,  buscando la horizontalidad de las mismas. 
Las mas fuertes si la zona es mas débil (zonas inferiores) y las yemas mas pequeñas si la rama es fuerte (tercio medio y ápice). Podemos también eliminar algunas agujas dejando los brotes con un par de pares de agujas, será suficiente.

En el pinzado  se deben eliminar 2/3 de la vela que el árbol emite en primavera como nueva brotación. 
En el caso de que dichas velas superen los 3 cm se deben eliminar completamente con lo cual obligaremos al árbol a desarrollar una segunda brotación más pequeña en esa misma zona.

Durante el verano y el otoño es conveniente reducir las velas  1/3 de su tamaño con lo cual favoreceremos que en éstas zonas se produzca una brotación más compacta la próxima primavera.

Hay 2 métodos para igualar la fuerza de las velas en las diferentes secciones del árbol. En el primero se corta la vela a igual distancia de la base que el ancho de la misma y de forma progresiva: empezando por las ramas inferiores y a los 10 días realizar la operación con las ramas intermedias, finalmente después de otros 10 días las ramas superiores.

Éste proceder favorece el crecimiento de las ramas más débiles de forma incremental permitiendo que se igualen con las superiores.

El segundo método para igualar el crecimiento de las distintas ramas es cortar las velas de los brotes superiores dejando un fragmento de la misma,  con lo cual inhibimos la aparición de nuevos brotes en la base; en las ramas inferiores cortaremos todas las velas por la base de las mismas, realizando el pinzado en todas las ramas a la vez.

Controlaremos la evolución de los brotes y retiraremos los restos de velas en aquellas ramas con crecimiento menor de lo deseado.

Es conveniente controlar el riego reduciéndolo éste ligeramente durante la etapa de formación de las nuevas yemas, para que éstas no se alarguen demasiado.

En mayo podremos eliminar las hojas de las ramas dejando de 6 a 7 pares de agujas en la parte superior, de 10 a 15 en las ramas centrales e interiores y un número mayor en las ramas inferiores, (más débiles) y por lo tanto más necesitadas de acículas. 
Para desprenderlas tiraremos hacia arriba en el sentido de crecimiento de las mismas.

Distintos tipos de hoja en un mismo árbol

Podemos encontrar en un mismo árbol en formación acículas de dos tamaños: pequeñas (las que crecieron éste año, de color más claro) y otras de mayor tamaño, 10/15 cms. que provienen de las velas que no se cortaron a mediados de año (generalmente para vigorizar alguna parte del pino). 
Recordemos brevemente las 3 etapas del metsumi:

Limpieza de agujas antes de la brotación
Diciembre, se cortan las velas de ese año, dependiendo del tamaño del bonsái.
En setiembre aparecen los nuevos brotes, más pequeños, de los cuales haremos una selección de los más óptimos.
Con sucesivos años de cultivo se consigue la microfilia del conjunto de todas las agujas del pino.

Pauta de crecimiento

Para cierto grupo de aficionados al bonsái hay cierta confusión a la hora de establecer qué trabajos se deben realizar sobre el pino negro japonés  o sobre los pinos en general, pues sus pautas de crecimiento difieren notablemente de los árboles caducos y son ciertamente particulares.

A lo largo de las diferentes fases de la vida de un Pino Negro Japonés así como el vigor, edad o forma que presenta se deben planificar unas actuaciones u otras. 
Repasamos las mismas en función de las distintas edades del bonsái.

Árbol joven o prebonsái

Las ramas de sacrificio son la mejor herramienta para conseguir engrosar el tronco del bonsái de forma notable durante estos primeros años de vida.
El reto para el bonsaista está en saber equilibrar la fuerza de ésta con el crecimiento del resto de ramas, que a la larga serán las que definan realmente el diseño futuro del árbol.

Estas ramas bajas que respetaremos para el diseño las pinzaremos en primavera para densificar y crear ramificación secundaria.
Para evitar el debilitamiento de ésta zona del árbol, iremos recortando o sustituyendo la rama de sacrificio por otras inferiores para equilibrar parte de la fuerza del árbol y potenciar las masas verdes inferiores.
Cada vez que reduzcamos el tamaño del la rama de sacrificio a un tercio de su longitud  provocaremos que la mayor parte de su vigor pase a la rama inferior.

Manteniendo la rama de sacrificio a la vez que conservamos y desarrollamos las ramas terminadas conseguiremos a la vuelta de cuatro o cinco años mejorar significativamente el aspecto y calidad de estos pinos.

En otoño eliminaremos parte de el aguja vieja si esta es abundante, no recomendable en ejemplares con poca densidad de follaje y de aspectos débil.

Durante el trasplante, examinaremos el estado de las raíces, eliminando las cruzadas, desenredándolas y extendiéndolas para conseguir a futuro un nebari correcto.
En primavera, para potenciar un mayor crecimiento de nuestros jóvenes árboles abonaremos  regular y consistentemente.

El verano es el momento más propicio para reducir el tamaño de las ramas de sacrificio mencionadas anteriormente.

Árboles semi-maduros

La ramificación madura aún es escasa y el grosor deseado del tronco aún no se ha alcanzado.

No pinzaremos ni cortaremos las ramas principales del diseño que queramos engrosar aún un poco más, dejándolas crecer libremente.
En árboles debilitados sólo pinzaremos los brotes fuertes, si los hay.

Árboles maduros

Ya tenemos una ramificación equilibrada. 
El pinzado será de mantenimiento de la estructura deseada.

Poda

La eliminación de ramas gruesas la realizaremos cuando el movimiento de savia esté parado.

Alambrado

Podremos realizarlo en cualquier época del año pero en primavera prestaremos especial atención a él para evitar marcas indeseadas. 
La flexibilidad de la madera de pino negro japonés facilita su modelado.

Enfermedades

Sensible al pulgón lanígero y las cochinillas.

Multiplicación

Por semillas, éstas precisarán de estratificación fría durante al menos 60 días y estar en remojo 24 horas antes de la siembra y por injertos de yema para ubicar ramas donde no las tenemos. 
Es más problemático para reproducirlo por esquejes.

En resumen, una de las especies más utilizadas en el cultivo de bonsáis, por su belleza, resistencia y posibilidades de diseño.

Bueno, creo haber hablado y recopilado información de la mayoría de las especies de pinos utilizadas para Bonsai.
Sé que en la lista publicada hay muchas mas variedades, pero el tratamiento es muy similar en su mayoría, me dediqué mas a las especies encontradas internacionalmente de manera mas fácil.
Anímense y seguro se verán recompensados con hermosos ejemplares en vuestras colecciones.

 Pinus Eliotis  Pinus Taeda 

Por último, las variedades que se pueden encontrar en mi país, Pinus Elliottii,  Pinus Taeda y Pinus Pinaster, no son las mas aptas para su cultivo como Bonsai, mi falta de experiencia con la especie no me permite saber el motivo, voy a tratar de probar y mas adelante en unos años les cuento la experiencia, solo pude recabar información sobre el Pinus Taeda y no ha habido suerte en su cultivo en macetas, es una variedad muy delicada y no acepta el trabajo de raíz, de cualquier manera voy a escribir aparte en otro artículo sobre estas tres variedades.

Pinus Pinaster


Fernando Gatto

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