sábado, 19 de febrero de 2022

MICORRIZAS


Hola Bonsaistas

Vamos a hablar sobre un tema que no se le da la importancia que merece, las micorrizas.

La mayoría de los bonsaistas que conozco hablan de las micorrizas como si fuera un hongo, pues no lo es.

Se le llama micorrizas a la simbiosis entre las raíces de un árbol y una serie de hongos, ellos viven en unión simbiótica ayudándose mutuamente.
Actualmente, se sabe que casi la totalidad de las plantas vasculares que viven en la tierra conviven con micorrizas, pero en el caso de los árboles, podemos afirmar que todos. 
Para el caso que nos ocupa, todas las especies de árboles que se cultivan en bonsái viven en relación con micorrizas que nos ayudan muchísimo a su cultivo.

Los hongos son seres dependientes que no tienen clorofila, por lo que obtienen su energía a través de la descomposición de la materia orgánica del sustrato en el que se desarrollen. 
Estos hongos los podemos clasificar en:

Saprófitos: junto a las bacterias y otros microorganismos, son capaces de atacar la lignina y la celulosa de los vegetales, poniendo a disposición de las plantas los nutrientes necesarios para su desarrollo.

Patógenos: son aquellos que obtienen sus nutrientes de una planta a la que debilitan y pueden llegar a matar.

Simbióticos: al igual que los anteriores también obtienen nutrientes de una planta pero, a diferencia de los anteriores, se benefician el uno del otro, de tal forma que ninguno sale perjudicado, sino todo lo contrario.

De todas las relaciones simbióticas del suelo, los hongos micorrízicos mantienen una estricta dependencia con la planta: establecen una asociación mutua entre las raíces del que se sirven ambas especies. Se trata de los hongos formadores de micorrizas.
Pues bien, el hongo es el encargado de absorber el agua y los nutrientes de la tierra y protege a las raíces de ciertas enfermedades. 
Y la planta, a través de su proceso de fotosíntesis, proporciona a este micelo, hongo, el azúcar, los aminoácidos y otras de las sustancias que necesita.


Hay dos tipos de micorrizas:

Ectomicorrizas: en ellas, el hongo forma una especie de manto con sus hifas, filamentos microscópicos, ramificados o no, que junto a otros micro filamentos, forma el cuerpo vegetativo del hongo, el micelio,  alrededor de las raíces menos gruesas pero no llegan a introducirse en sus células. 
Se desarrollan en los espacios intercelulares de la corteza de las raíces.

Endomicorrizas: las hifas, filamentos microscópicos, que junto a otros micro filamentos, forma el cuerpo vegetativo del hongo, el micelio, de estos hongos penetran dentro de las células de las raíces. 
En los arbúsculos se produce el intercambio de elementos nutritivos por carbono, entre el hongo y la raíz.

Este texto a seguir entre comillas, lo retiré con autorización de la revista de la UNAM México.

"Las micorrizas (del griego myces, hongo y rhiza, raíz) representan la asociación entre algunos hongos, micobiontes, y las raíces de las plantas, fitobiontes. 
El término "micorriza" fue acuñado por Frank, patólogo forestal alemán, en 1877, al estudiar las raíces de algunos árboles forestales. 

Trappe (1994) define a las micorrizas en términos funcionales y estructurales, como "órganos de absorción dobles que se forman cuando los hongos simbiontes viven dentro de los órganos de absorción sanos (raíces, rizomas o talos) de las plantas terrestres, acuáticas o epífitas. 

En esta asociación, la planta le proporciona al hongo carbohidratos (azúcares, producto de su fotosíntesis) y un microhábitat para completar su ciclo de vida; mientras que el hongo, a su vez, le permite a la planta una mejor captación de agua y nutrimentos minerales con baja disponibilidad en el suelo principalmente fósforo, así como defensas contra patógenos. 
Ambos, hongo y planta, salen mutuamente beneficiados, por lo que la asociación se considera como un mutualismo.
 
Evidencias fósiles y estudios moleculares sugieren que la asociación micorrícica se originó hace ca. 462-353 millones de años y, desde entonces, su formación es indispensable para el éxito ecológico de la mayoría de las plantas sobre la Tierra."



Los principales beneficios de las micorrizas son:

- Mejora la absorción de nutrientes, fundamentalmente fósforo y nitrógeno.

- Mejora la absorción de agua y el aumento de la resistencia a condiciones de estrés hídrico. 

- Se produce un amento a la resistencia a condiciones de cultivos salinos, en especial en el Glomus iranicum var. tenuihypharum.

- Se incrementa la resistencia frente a hongos patógenos del suelo por su efecto antagónico. 

- Cuando una raíz está colonizada por hongos micorrízicos, se mejora la defensa de la planta frente a organismos patógenos.

- Se produce una mejora en la estructura del suelo gracias a los agregados que forman las hifas y filamentos del hongo micorrízico, mediante una proteína llamada glomalina.

- Se producen efectos hormonales sobre las raíces que hacen que aumente su desarrollo y el de toda la planta.

                 Con micorrizas                           Sin micorrizas

Una manera de micorrizar un bonsái es añadir un poco de tierra vieja micorrizada (con hongos) a la tierra nueva en el momento del trasplante.
Normalmente se aplican mezcladas en el sustrato durante el trasplante, pero pueden aplicarse también haciendo agujeros en el suelo de los bonsáis.
Para que sean efectivas las micorrizas deben inocularse cuando las raíces crecen con fuerza, que suele ser al principio de la primavera.

Parece obvio, pero para la vida de estos hongos, es necesario que los bonsáis vivan en lugares bien soleados, ya que para producir los azucares de los que se alimentan las micorrizas los bonsáis necesitan recibir mucho sol. 

Por lo tanto, para fomentar el trabajo de estos hongos, y para que se reproduzcan bien, colocaremos los bonsáis en lugares soleados y ventilados, los cultivaremos en suelos muy drenantes, y los abonaremos moderadamente.

COMO CONSEGUIR MICORRIZAS

Conseguir micorrizas de manera natural es bastante sencillo, aunque depende en gran medida de las condiciones climáticas donde se vive, por ejemplo en zonas desérticas o tropicales, así como en aquellas muy frías es más complicado de encontrar, las mejores zonas son aquellas de clima continental, con épocas más frías y otras más cálidas y lluvias.

Lo ideal será buscar un ecosistema formado ya hace tiempo, donde se puedan observar arbustos, árboles y hierbas autóctonas, un ecosistema completo como este y autóctono es el lugar ideal para conseguir el hongo. 
Obvia decir que debe ser un lugar lo más alejado de contaminaciones y lo más natural posible sin que haya acción de la mano del hombre.

Se deben buscar zonas con diferente vegetación a ras de suelo, por ejemplo al lado de unos árboles que tengan maleza debajo y luego más abajo todavía hierba, setas o musgo. 
En esa zona hay que recoger tierra y restos vegetales como cortezas de árbol y trozos de raíces.

Una vez obtenido nuestro tesoro, tenemos que mezclar un 25% de lo recogido en el bosque, con un 75% de tierra preparada para semillero con abono de agricultura ecológica, esta mezcla la situaremos en los tiestos donde vamos a plantar para que se vayan desarrollando, mejor en condiciones de temperatura suave y humedad moderada. 
Pasado un tiempo de un par de semanas el hongo micorriza debería estar suficientemente desarrollado como para trasplantar nuestros plantones a los tiestos.



Una vez las plantas arraiguen en el medio colonizado por el hongo micorriza, se unirán en simbiosis y mejorarán mutuamente y de manera completamente natural.

Si conseguimos cantidad suficiente, podemos dejar secar ese sustrato, al sol. 
Tamizar la parte en donde vimos la presencia de hongos y guardar bien seco en frascos para inocular cada vez que lo necesitemos.

Espero las haya sido útil el artículo, hasta la próxima.

Fernando Gatto

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