martes, 25 de octubre de 2022

EL KINTSUGI - UN POCO DE FILOSOFÍA JAPONESA



¿Que es Kintsugi?

El kintsugi es el arte japonés de recuperar y reparar piezas de cerámica para obtener una diferente. 
Un proceso artesano que aporta alma y vejez a la pieza, basado en la aplicación de laca urushi y polvo de oro a las fracturas.

Historia del kintsugi

La historia del kintsugi no está clara y se encuentra envuelta en leyendas. 
Según estas leyendas, a finales del siglo XV el shogun Ashikaga Yoshimasa envió a China uno de sus cuencos de té favoritos para que fuera reparado.

Cuando recibió su cuenco favorito de vuelta, tuvo supuestamente una gran desilusión. 
El cuenco se había reparado como era habitual en la época, con dos grapas de metal. 
Ashikaga se enfadó mucho, porque le pareció que con la reparación su cuenco favorito había perdido toda su esencia. Además, el resultado le pareció feo y hasta desagradable.
Esto sorprende, especialmente si tenemos en cuenta que la técnica de reparación con grapas era la típica de la época y, por lo tanto, el resultado esperado.

Técnica de reparación con grapas

Esta técnica se usó en Europa, en la antigua Grecia, en Inglaterra y en Rusia, entre otros países y principalmente en China como técnica de reparación de piezas particularmente valiosas. Consistía en perforar pequeños orificios a cada lado de una grieta en los que se doblaban grapas de metal para mantener las piezas juntas.

Parece ser que el shogun, con la desilusión de ver su preciado cuenco mal reparado, pidió a los artesanos japoneses que mejoraran la técnica. 
El shogun deseaba una reparación que fuera de su agrado, al menos desde el punto de vista estético. 
Los artesanos se inspiraron en el uso de la laca urushi como pegamento natural y tradicional, decorándolo con oro en polvo. Y así nació el kintsugi, una nueva forma de reparar cerámicas, convertida en todo un arte.


En el siglo XVII la técnica del kintsugi se había convertido en una práctica común en todo Japón. 
Según cuenta Louise Cort, curadora de cerámica en Freer Gallery of Art & Arthur M. Sackler Gallery en la revista neerlandesa Things That Talk, fue en esta época cuando un guerrero japonés compró, rompió y reparó cuencos de té estándar para obtener ganancias. 
Eso parece indicar que, a principios del siglo XVII, el kintsugi era una técnica de uso común para reparar, y al mismo tiempo, adornar, la cerámica para el té, explica Cort.

Esta técnica era tan apreciada, especialmente entre los coleccionistas, que algunos llegaron a romper su preciada cerámica para que pudiera ser reparada con kintsugi. 
De ahí surgió la idea, que ha acompañado a esta técnica desde entonces: la complejidad de la reparación transforma estéticamente la pieza reparada y le da un nuevo valor.

Igualmente también se conocen casos en los que se ha usado el kintsugi para dar otra oportunidad a piezas que no habían salido bien durante el proceso de creación. 
Estas piezas, que de otra forma serían desechadas directamente, se rompían deliberadamente. 
Y a continuación se reparaba con la técnica del kintsugi. 
A menudo, el resultado era satisfactorio y se podía salvar la pieza en cuestión.

Así pues, en muchos casos, piezas antiguas que han sido reparadas mediante el método del kintsugi se valoran mucho más que otras piezas que nunca llegaron a romperse. 
Para muchos, las elegantes líneas doradas del kintsugi añaden belleza a la pieza y en vez de destacar su rotura, destacan su historia.

kintsugi bonsai

Como siempre en las disciplinas orientales, el kintsugi tiene un trasfondo espiritual. 
La vivencia del objeto como parte de una historia, la del poseedor de la pieza y la herida o rotura reparada, como elemento de belleza.

Así la pieza reparada cobra una profundidad mayor, pasa a ser única y por ello digna de ser apreciada. 

Existen dos métodos de pegado en la técnica tradicional japonesa. 
Uno es el uso de adhesivo Cashew, en color negro o rojo. 
Y el segundo, mas clásico, es directamente aplicando una mezcla de harina de trigo y agua con laca urushi 

Ambas son complejas y requieren una gran cantidad de tiempos de espera entre aplicación y aplicación motivo por el cual no te lo aconsejo salvo que seas un auténtico purista de las disciplinas japonesas.

Aun así considero que debemos de conocer las técnicas originales para comprender su transcendencia y ampliar nuestros conocimientos. 

Vamos a describir los productos principales.

Cashew: 
Es un adhesivo natural procedente del anacardo. 
Es difícil de comprar fuera de Japón por las restricciones nacionales a la exportación en ese tipo de materiales. 
Requiere un tiempo de secado medio a largo en unas condiciones de humedad determinadas.

Urushi:
La laca urushi, es una resina. 
Un derivado natural de la savia del árbol Rhus vernicifera, también conocido como Toxicodendron vernicifluum, o árbol urushi.
Nótese la parte principal del nombre Toxico. 
Importante tenerlo en cuenta.

Esta laca natural japonesa, se procesa para eliminar determinados porcentajes de agua, consiguiendo concentraciones mayores de aceites naturales, aportando así mayor o menor untuosidad al producto. 
Por eso hay muchas variedades en el mercado. 
Las iremos describiendo más abajo.

Cada parte del proceso, pegado, pintado, laqueado, etc., requiere de un producto con procesado diferente y además dependiendo del color que nos guste pueden contener pigmentos para colorear el producto.

Tengamos en cuenta que el urushi se utiliza casi en todas las disciplinas de la artesanía japonesa. 
En carpintería, en joyería, orfebrería. 
Es un barniz natural de gran popularidad.

El tiempo de secado, depende de la laca o del producto elegido. 
El Cashew tiene un tiempo de secado muy largo, y unas condiciones determinadas para secarse de humedad. 
Para conseguir esas condiciones, se requiere de una caja, llamada en japonés Muro para mantener la humedad de la pieza.



Caja por cierto, que deberás construir tu mismo si quieres perseverar en la técnica milenaria.

Supongo que después de esto se te han quitado un poco las ganas de hacer kintsugi por el método tradicional japones. 
No me extraña. 
A mi también me ha ocurrido. 
Así que vamos a ver otra fórmula mas sencilla y rápida, que mezcla la tradición con productos modernos.

Uso como adhesivo de resinas epoxy

Las técnicas comentadas más arriba, son eminentemente propias de los artesanos japoneses. 
Y si aceptas un consejo, para ellos deben de quedar.

Si deseas hacer una adaptación más rápida al kintsugi, la resina epoxy ha superado a los adhesivos naturales. 
Hasta en Japón, muchos aficionados usa epoxy para macetas de calidad, ya que el acabado es tan bueno o mejor.

Si decides usar un producto moderno como las resinas epóxicas, sin duda la mejor elección será el Araldite. 

Se usa para uniones estructurales de gran resistencia. 
Resiste hasta 350Kg/cm2. 
Soporta golpes, vibraciones.
Tiene multitud de aplicaciones industriales y artesanales. Piezas de joyería, Electrodomésticos, Material deportivo, Bricolaje, etc.

Se tiene que 
dispensar cantidades iguales sobre una superficie. Mezclar ambos componentes. 
Aplicar una fina capa. 
Mantener las piezas unidas mínimo 8h.

Araldite es una resina epoxy especialmente indicada para materiales cerámicos, pero debes asegurarte de comprarla en su formato de secado standard y no el de secado rápido.
El producto Rápido supondrá una dificultad añadida para el óptimo pegado entre las piezas y su ajuste a la posición definitiva adecuada. 
Aquí la velocidad trabaja en nuestra contra.

EL kintsugi no es una reparación acelerada, ni una competición de velocidad. 
Tómate el tiempo que necesites.

Es necesario tomarse el tiempo necesario para ajustar con perfecta congruencia las piezas de la maceta fracturada. 

He probado otras resinas epoxy y pueden funcionar, pero esta en sin duda la que usan los aficionados con mas experiencia y por algo será. 
Si tienes una rotura múltiple, no uses ninguna de secado rápido. No podrás ajustar las superficies con total exactitud, y los planos no quedarán igualados.

Si ya tienes entre manos algunas macetas que se han roto y estás convencido de que vas a repararla, necesito que me aceptes un consejo. 
Prueba primero con la de menor valor. 
No te lances por primer vez a recomponer una maceta china antigua de valor ni una tokoname de un afamado horno.



Laca Urushi

El urushi, es una técnica de acabado para piezas de artesanía, bien como barniz o bien como revestimiento o adhesivo.

Cada laca urushi para tal o cual función, tiene un apellido, dependiendo de la calidad, fecha en que fue recolectada o de la parte del árbol de la que se ha extraído. 
Además, tiene diferentes variedades comerciales.

He necesitado tirar de traductor y mucha búsqueda para identificar las sutiles diferencias y para qué y con qué objetivo se usa cada una.

La laca Urushi es muy tóxica, produce irritación y dermatitis grave en la piel, vías respiratorias y ojos. 
Debe ser manejada con cuidado, usando siempre guantes y en un lugar muy bien ventilado. 

Algunas características

Laca Urushi

Si usamos urushi como adhesivo, el tiempo de secado, dependiendo de la laca, suele ser de unos pocos días y se usa para mantener la humedad de la pieza una caja llamada Muro.

Las definiciones de sus diferentes versiones son bastante complejas. 
Como hemos desechado la técnica original milenaria japonesa, nos vamos a centrar en lacas para retocar la linea de fractura una vez pegadas con resina epoxy.

Tipos de Laca



Las lacas urushi habitualmente se comercializan en formato de tubo de 40, 50 o 100 gramos, similar al de las pinturas acrílicas y al óleo, aunque también se pueden encontrar a la venta en pote.

laca urushi kintsugi, Urushi Neri Bengara Rojo, Laca Urushi Shuai o Ki urushi (生漆)

Laca urushi pura, refinada. 
Tiene acabado brillante, contiene aceites. 
Es de un color marrón claro, casi transparente, por lo cual se usa como aglutinador para pigmentos. 
Es decir, de base para colorear la laca urushi como mas te guste.

También puede usarse sola, para crear transparencias. 
Entre otros pigmentos, podemos encontrar el shu-no-moto o shu-no-ko (vermellón), muy propios de la artesanía del lacado de maderas, que están disponibles en polvo para mezcla.

Con las transparencias que produce esta laca, aunque excede del ámbito del kintsugi, se trabajan otras técnicas milenarias japonesas en cerámica o madera como el Bokashi o el Kuro-tamenuri.

Laca Urushi Roiro (呂色漆)

Esta es una laca Urushi no aceitosa. 
Natural.
No tiene brillo, es mate, de color negro y requiere, para un acabado brillante, ser pulida.

Laca Urushi Seshime

Laca de urushi en color marrón claro, menos refinada, con gran poder adhesivo y utilizada como soporte para reparar y rellenar grietas o fisuras en el kintsugi. 
Para ello se usa “tonoko” procedente de la tierra de diatomeas y de color claro o jinoko ( 地の粉) una arcilla en polvo más oscura que al mezclarse con la laca que sirve de relleno y adhesivo.

Laca Urushi Shu-no-Moto.

Laca pura de urushi en color rojo vermellón, se obtiene utilizando urushi y pigmentos (shu-no-ko) utilizada para pintar motivos, como acabado final en el kintsugi y también como soporte para el polvo de oro o plata.

Laca Urushi Neri Bengara

Laca pura de urushi en color rojo metálico, se obtiene utilizando urushi y pigmentos cinabrio. 
Utilizada para pintar motivos, como acabado final en el kintsugi y también como soporte para el polvo de oro o plata cuando reparamos una maceta. 
Es muy útil como producto de elección. 

Lacas urushi Ao (清漆塗藍).

Laca urushi en color verde o azul, se obtiene utilizando urushi y pigmentos. 
Utilizada para pintar motivos, como acabado final en el kintsugiy también como soporte adhesivo para el polvo de oro o plata.

Las lacas con pigmento, además tienen variantes con mayor manipulación industrial, que aportan un acabado mate o brillante y además son menos alergénicas que las 100% naturales.

Para aplicar el adhesivo podemos elegir cualquier tipo de paleta, en casi cualquier material. 
Puedes usar un palillo plano, una paletina de alfarería, un depresor lingual del médico, un pedazo de goma o lo que se te ocurra.



Una vez seco el adhesivo, vamos a tener que reducir los restos que quedan tras la presión para unir las piezas y el sobrante si hemos aplicado en exceso.
No parece ser mayor problema, una vez que está seco, se elimina con relativa facilidad. 
Yo uso un par de cutters de cuchilla bien afilada, extraigo al máximo la hoja para que sea flexible y pueda adaptarse a la forma del fondo y de los laterales de las macetas.

Armaros de paciencia, sobre todo si la maceta es grande. 
Para los acabados finos, especialmente si tenemos que reparar desperfectos donde se haya perdido gran cantidad de material cerámico, necesitaremos algunas lijas de grano fino para rematar y perfeccionar las superficies.

Vamos a necesitar cinta de pintor para marcar las líneas de fractura de nuestra maceta para crear sobre ellas un camino limpio para aplicar la laca y más adelante el polvo de oro.

Igualmente un par de pinceles de calidad, uno fino para fracturas finas y otro mas grueso. 
Para las roturas serias. 
Mi consejo es comprarlos de calidad decente, pues necesitaremos un pincel que trabaje con fluidez y no pierda pelos.
Aplicación
En el caso del kintsugi, la laca se mezcla con polvo de oro. 
Primero se usa un pincel kebo o makizutsu para aplicar la laca. 
Muchos artesanos usan pinceles de pelo de rata, bastante áspero y, por lo tanto, perfecto para poder dibujar hermosas líneas usando un material tan pegajoso como la laca.

Asimismo, a la hora de aplicar la laca urushi hay que ser muy conscientes del tiempo. 
El color de la laca cambia y se oscurece al absorber el oxígeno y la humedad del aire. 
Esto hace que la superficie se endurezca casi instantáneamente. Pero cuando se usa como pegamento, la laca urushi tarda aproximadamente dos semanas en secarse.

Además, durante el proceso de aplicación también es importante que la superficie a lo largo de la grieta esté lisa. 
Para ello, los artesanos lijarán la superficie de aplicación.

La restauración de la pieza puede llegar a tardar hasta tres meses, porque después de preparar y reparar las piezas, hay que dejarlas secar durante varias semanas.


Técnicas básicas

Existen tres técnicas principales o básicas de reparación con kintsugi. 
Y aunque todas ellas son similares en concepto, los resultados pueden variar bastante.

- La primera es la técnica de las grietas, posiblemente la más común de todas. 
Los objetos reparados de esta forma se retocan mínimamente. 
La laca mezclada con el polvo de oro se usa para unir piezas rotas con una superposición mínima o rellenando pequeños huecos y espacio entre piezas. 
Es la técnica con la que se consiguen las características venas doradas que solemos entender como kintsugi.

- En segundo lugar está la técnica de sustitución de la pieza. 
Esta técnica se usa cuando un fragmento de cerámica no se puede usar, por estar demasiado roto o haber desaparecido. Entonces se usa la mezcla de laca con polvo de oro para rellenar ese espacio, a modo de pieza de reemplazo.

- La tercera y última es la técnica del mosaico. 
Esta técnica usa un fragmento de forma similar pero de un objeto totalmente diferente al original. 
Es decir, el fragmento coincide en la forma, pero no en diseño. 
De esta forma reemplaza una pieza faltante en el objeto original, creando un cierto efecto mosaico y combinando dos piezas de estética diferente en un mismo objeto.

Filosofía tras el kintsugi

El kintsugi va más allá de ser una simple técnica de reparación de la cerámica y hoy se ha convertido en toda una filosofía de vida.

Como filosofía, el kintsugi nos acerca al zen y nos anima a aceptar el cambio y la belleza de la impermanencia de las cosas, a evitar el desperdicio y especialmente a abrazar la belleza de la imperfección, de los defectos.

Wabi-sabi

Muchos relacionan la filosofía del kintsugi con la del wabi-sabi. Este concepto japonés gira en torno a la belleza de la imperfección, de la asimetría y de la impermanencia o transitoriedad de las cosas. 
Hasta de lo defectuoso, porque a través de esta filosofía, al aceptar la belleza del cambio y la impermanencia, estamos en paz con la progresión natural de la vida.

El kintsugi es una demostración de que, para los japoneses, la belleza está en la imperfección. 
Porque la naturaleza no es perfecta y, en cambio, es extremadamente bella. 
Pero, además, va más allá de una cuestión estética o práctica: las grietas y posteriores reparaciones son marcas de la vida de un objeto.

Esto se puede llevar al terreno humano, por supuesto. 
Los seres humanos no somos perfectos y cometemos errores, nos hacemos daño y, a veces, nos rompemos. 
Pero si en vez de esconder nuestros fallos, admitimos nuestros errores, ganaremos en belleza y humanidad. 
El kintsugi ve las imperfecciones como un bien con el que trabajar y que mostrar y realzar, no algo que esconder.

Nuestros errores, nuestras cicatrices, nos hacen quienes somos, son una lección de vida. 
De la misma manera que reparamos un cuenco de cerámica con laca y oro en polvo, destacando y realzando esas cicatrices, tenemos que aprender a trabajar con nuestros errores, sin esconderlos, para conseguir un mejor producto final.

El ser humano a veces se rompe. 
A veces necesitamos que nos cuiden, que nos reparen. 
Pero de esta experiencia, como si fuéramos una pieza de cerámica rota, podemos obtener una mayor belleza.


Otros conceptos relacionados

El kintsugi también puede relacionarse con el concepto filosófico de mushin, literalmente, sin mente. 
Esta filosofía gira en torno a los conceptos de desapego, aceptación del cambio y del destino como aspectos básicos de la vida humana.

Se trata de una filosofía zen que encontramos específicamente en las artes marciales, pero que también se aplica al arte de la reparación de la cerámica. 
En este caso, se relaciona con la capacidad de adaptación y aceptación del cambio.

Asimismo, existe en Japón la expresión mottainai, el desperdicio. Una idea estrechamente relacionada con el concepto budista de remordimiento por lo que se desperdicia. 
El kintsugi es un claro ejemplo de ello. 
En la era del consumismo, la producción en masa y del usar y tirar, el aprender a aceptar y celebrar las cicatrices y los defectos de los objetos es toda una lección de sostenibilidad. 
Porque es mejor resaltar la belleza del objeto, con sus defectos y todos, que deshacerse del mismo y conseguir uno nuevo.

Finalmente, también es importante recalcar que el kintsugi no es una técnica de decoración de la cerámica, sino una técnica de reparación.

Esto es importante dejarlo claro porque en Japón existen varias técnicas de decoración con oro y muchas artesanías relacionadas, que también hacen uso de la laca mezclada con oro en polvo, que a veces se pueden confundir con el kintsugi.

Una de ellas es el maki-e, una técnica de decoración de los objetos lacados. 
Con el maki-e se dibujan imágenes, patrones o letras con laca sobre la superficie de un objeto y luego se espolvorea polvo de oro o plata para fijar el diseño.

A veces el maki-e se combina con otras técnicas de decoración de laca japonesa, como el raden. 
Ésta es una técnica a través de la cual una capa nacarada de caparazones de conchas se incrusta o se pega en la laca. 
O también se combina con la técnica del zogan, con la que se pega metal o marfil en la laca.

O incluso se puede combinar con la técnica del chinkin. 
El chinkin es otra popular técnica decorativa del lacado.

En este caso, el chinkin consiste en usar un cincel o cuchilla para tallar un diseño en la superficie de un artículo laqueado. 
A continuación se decoran las ranuras talladas con pan y polvo de oro creando un diseño elegante y refinado con una superficie dorada brillante. 
Dado que una marca en el objeto laqueado no se puede corregir una vez realizada, no hay margen de error.


El kintsugi quizás se combinó en algún momento de la historia con el maki-e o con el chinkin, como sustituto de otras técnicas de reparación de cerámica. 
No obstante, son técnicas diferentes, ya que éstas de las que te hablamos son técnicas de decoración, mientras que el kintsugi es de reparación.

Fernando Gatto


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