jueves, 1 de junio de 2023

PINO BLANCO JAPONÉS


Hola Bonsaistas, para los fanáticos de los pinos, hablemos hoy del Pino blanco japonés

Nombre científico
Pinus parviflora Sieb. et Zucc. = Pinus pentaphylla
Otros nombres: pino de cinco agujas, pino himekomatsu.

El género Pinus pertenece a la familia de las Pináceas y está compuesto por unas 80 especies, la mayoría en el hemisferio norte y adaptados a vivir en zonas soleadas y con grandes diferencias de temperatura.

El pino blanco japonés es originario de Japón y Corea, con más de 150 cultivares que suelen diferenciarse en el tono y color de sus hojas, así como en la longitud de las mismas. 
Su hábitat natural son las montañas de Japón y Corea, y sus principales características son:

- Árbol perennifolio de 20 metros de altura y que puede llegar hasta los 30 m., aunque ocasionalmente puede tener un porte arbustivo de gran tamaño. 
En su juventud crece de forma triangular y puede confundirse su silueta con la de las píceas.

- Tronco de corteza gris con escamas de color negro, que puede llegar a medir 60 cm. de diámetro.

- Hojas pequeñas, denominadas acículas, curvadas y de color verde azulado, de un tamaño de 4 a 6 cm. y que nacen agrupadas de cinco en cinco.

- Flores, de tamaño muy pequeño, masculinas de color amarillo o marrón al abrirse; y femeninas de color rojo, situadas en diferentes ramas, que aparecen entre entre la mitad y el final de la primavera.

- Las semillas están contenidas en el interior de un fruto denominado piña que madura un año después de su formación, de unos 4-6 cm. de longitud, con forma de cono ovado, es decir, como un pequeño barril o huevo alargado, y de color verde que cambia a pardo rojizo cuando madura. 
Sus piñas maduran durante el otoño del año siguiente.



- El tronco, ramas y hojas posee unas glándulas que producen resina, una sustancia viscosa y muy aromática que sirve para cicatrizar las heridas, cerrando el paso a la pérdida de savia o a la entrada de enfermedades.

En muchas ocasiones se usa indistintamente la denominación de pino blanco japonés, Pinus parviflora y pino de cinco agujas, Pinus pentaphylla, pero hay que aclarar que el Pinus pentaphylla es una variedad del Pinus parviflora y no es apropiado denominar al pino blanco japonés como de cinco agujas (Pinus Pentaphylla), a menos que realmente sea esta la variedad de la que se trate. 
No confundirlos, aunque no ayuda mucho que en Japón sea frecuente denominarlo Pinus pentaphylla, con independencia del que realmente sea.

Como ya hemos dicho en otras ocasiones, podríamos considerar al género Pinus como el género de bonsai por excelencia, ya que cualquier persona no aficionada o principiante se imagina un pino cuando hablamos de bonsai.

Más allá de esto, sin duda, este es uno de los géneros más conocidos, empleados y apreciados por los aficionados y maestros al bonsai debido a su belleza, longevidad y por ser perennifolio, lo que nos permite disfrutar del color verde de su copa durante todo el año y durante toda una vida.

De hecho, el pino blanco japonés es una de las especies más cultivadas y comercializadas como bonsai entre los aficionados, especialmente en Japón. 
Tal vez sea por la circunstancia de que el pino blanco japonés, junto con el pino rojo japonés, Pinus densiflora y el pino negro japonés, Pinus thunbergii, sea uno de los pinos más comunes en los jardines de Japón.

Situación

Debe cultivarse en el exterior a pleno sol durante todo el año, controlando adecuadamente el riego, ya que así conseguiremos un crecimiento sano, con una ramificación mucho mayor y frondosa. 
No tolera la semisombra y mucho menos la sombra.

Necesita sentir el paso del frío invernal, al menos sentir un período de heladas durante el invierno, y permitir que la primavera le provoque el despertar de las yemas en reposo. 
Si lo protegemos del frío y el la temperatura es demasiado suave o templada puede brotar antes de tiempo, lo que le debilitará. 
La situación exterior durante todo el año, además de garantizar su correcto cultivo, nos ayudará a reducir el tamaño de sus hojas.

Una vez encontrado su emplazamiento más adecuado, no conviene moverlo de sitio porque se resiente con los traslados, sobre todo si son frecuentes.



Riego y Abono

En general, los pinos viven en suelos pobres y secos. Aparentemente, esto podría hacernos suponer que necesitan poca agua, pero hay que tener en cuenta que éstos tienen raíces muy profundas que pueden alcanzar capas de tierra muy ricas en agua. 
Es decir, aunque los pinos vivan en terrenos secos, esto no significa que no necesiten agua y, por tanto, por el hecho de que nuestro bonsai sea un pino no debemos descuidar su riego.

Los riegos deben ser cada vez que se seque la superficie de la tierra, haciéndolo a fondo, es decir, hasta que salga abundante agua por los agujeros de drenaje, evitando tanto el encharcamiento permanente de la tierra, para evitar un exceso de humedad que pudra sus raíces, como dejar totalmente seca la tierra. Prefiere los suelos muy bien drenados. 
De vez en cuando puede dejarse secar bien la tierra, pero no de forma habitual.
No hay que pulverizar las hojas ni mantener ambientes excesivamente húmedos de forma artificial porque correremos el riesgo de que aparezcan hongos.

Abonar con frecuencia con un abono orgánico de calidad, especialmente durante la época de crecimiento vigoroso, es decir, en primavera y también durante el otoño. 
Durante el invierno y la época más calurosa del verano debe reducirse la cantidad de abono porque son épocas con escaso o nulo crecimiento.

Podemos ayudar a reducir el tamaño de las hojas, además de con una buena exposición exterior a pleno sol con el suministro de abonos más ricos en fósforo y potasio que en nitrógeno, para no fomentar el desarrollo de sus hojas, además así fomentamos la fructificación.

Trasplante

Al comienzo de la primavera, cada 3 ó 5 años, justo un poco antes de que se inicie la brotación del año, cuando los brotes están hinchados. 
También puede trasplantarse durante el final del verano/comienzo del otoño, justo en el momento que detiene su crecimiento y el movimiento de savia se ha ralentizado. 
Si los ejemplares son jóvenes, puede aumentarse la frecuencia de trasplante cada 2 ó 3 años.

Durante el trasplante conviene sanear bien cualquier parte de raíces podridas y podar las ramas no deseadas para reducir su copa. 
Si la poda de raíces es muy grande, convendría quitar hojas en la misma proporción que las raíces eliminadas. 
En caso de duda sobre la cantidad de raíces que tienes que podar, un truco seguro para no dañar el árbol es dejar 1/3 más volumen de raíces que de parte aérea, aunque siempre es preferible preguntar a un experto, a otro aficionado o simplemente no podar ninguna raíz hasta que no estés seguro. Evita que se sequen las raíces en contacto con el aire durante el tiempo que dure el trasplante.

Una buena mezcla de sustrato para un Pinus parviflora podría ser una mezcla de tierra con un 50% de arena de grano grueso o material equivalente (tierra volcánica, etc.), 40% de mantillo y 10% de turba.
En todo caso, tiene que ser una mezcla con un excelente drenaje.

Es conveniente proteger el árbol después del trasplante durante un par de meses, situándolo en un lugar muy bien iluminado pero evitando la exposición directa al sol.

Poda y Pinzado

La época más adecuada para la poda de ramas es durante la primavera y ésta se debe realizar acortando de 1/3 a 2/3 la longitud de la rama.
Si pinzamos, conseguiremos ejemplares compactos y hojas más pequeñas. 
También podremos eliminar, cada dos años, todos los brotes nuevos de la primavera en los ejemplares sanos, con objeto de conservar su estilo.

Las acículas del tronco o ramas de años anteriores o viejas y que no nos sirven deben eliminarse tirando de ellas con la mano hasta arrancarlas, aunque hay que hacerlo con prudencia en los árboles jóvenes para no debilitarlos en exceso ya que les disminuimos su capacidad de realizar la fotosíntesis y por tanto su capacidad de desarrollo.



La forma de emplear la poda como técnica de modelado es dejar crecer las ramas y podar en función de la dirección deseada. Debes fijarte en la dirección que te interesa para la nueva rama y eliminar el brote no deseado. 
Esta técnica te permitirá un aumento de la ramificación en la dirección elegida.

Además de podar para modelar, hay que podar para conseguir una estructura que permita la llegada de la luz a todas las ramas y las todas hojas puedan realizar la fotosíntesis.

Alambrado

El alambrado de los pinos debe realizarse preferiblemente durante la época de reposo, otoño-invierno, y sólo en árboles sanos.

Aunque sus ramas son relativamente flexibles, conviene tener cuidado con la corteza del tronco y ramas ya que ésta se daña muy fácilmente. 
Debes vigilar las marcas del alambre en la corteza debido a la rapidez con la que engordan y crecen, generalmente el alambre deberá retirarse en el momento en que vaya a comenzar la aparición de marcas en la corteza. 
Es recomendable no regar el día anterior al alambrado.

Enfermedades y plagas más frecuentes

Los pinos suelen ser bastante resistentes y duros a las plagas y enfermedades, pero en cualquier caso, algunas de las enfermedades o plagas que pueden atacarle son:

- Hongos: debido a un exceso de riego o humedad. Generalmente roya, podredumbre, hongos de cornisa, armilaria de color miel y cáncer de las coníferas.

- Cochinilla: insecto chupador de savia de forma plana y redondeada (hembras) o alargada y rectangular (machos) que suele preferir la corteza de las ramas más jóvenes. 

- Pulgón de las coníferas: que chupa la savia en sus ramas. 

- Polillas: que ponen sus huevos en las yemas.

- Orugas: que tejen una red alrededor de las yemas, rompiendo, deformando o matando los nuevos brotes.

Hay que tener en cuenta que los pinos parviflora suelen perder, en otoño, y de forma natural, las acículas viejas, por tanto, no confundir este proceso con una enfermedad.
También hay que evitar confundir con una enfermedad el hongo que vive en simbiosis en sus raíces, de aspecto blanco y con un olor inconfundible y especial.

Por último recordar que los tratamientos deben ser específicos contra la plaga o enfermedad y constantes en el tiempo hasta eliminarla completamente y que el cultivo adecuado de nuestro árbol nos evitará tener que usar productos químicos que provocan:

Reproducción

Es un árbol que se reproduce con alguna dificultad, especialmente mediante injerto, lo que le hace encarecerse en los viveros. 
Los injertos se realizan al final del invierno/principio de la primavera, pero como ya hemos comentado el grado de dificultad es elevado.

También puede reproducirse mediante semillas (piñones) en primavera.

La reproducción mediante esquejes o acodos aéreos es muy difícil en los pinos, y aunque el pino negro japonés es una excepción y sus esquejes o acodos pueden llegar a emitir raíces, lo más probable es que se mueran, por lo este sistema de reproducción no es muy fiable.



En Japón existe un pino blanco japonés variedad negishi, de unos 500 años de antigüedad, entrenado por primera vez hace unos 370 años, que ha sobrevivido a los avatares de la historia de Japón (terremotos, guerras, etc.) y que es considerado uno de los tesoros nacionales de ese país en la colección de bonsais del Palacio Imperial de Japón.

Fernando Gatto

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