miércoles, 26 de abril de 2023

EL MILDIU




Hola Bonsaistas, ya que venimos de hongos veamos este otro tan común en nuestros árboles, cómo combatir el mildiu

Con la llegada de la época de lluvias, son muchos los aficionados  que empiezan a revisar las hojas de sus plantas esperando no encontrar las temidas manchas amarillas. 
El mildiu es un hongo que puede reproducirse por todo el cultivo, llegando a resultar muy dañino si no se practican medidas de prevención y remedio a tiempo.

Qué es el mildiu

El mildiu es un hongo que afecta a las plantas. 
Se trata de una enfermedad fúngica o micótica que los cultivos sufren cuando se dan sus condiciones adecuadas, que en este caso son grados muy altos de humedad y temperaturas de entre 10 ºC y 20 ºC. 
Puede llegar a sobrevivir estaciones completas por encima o por debajo de estas temperaturas, esperando a que llegue el momento de su clima predilecto para empezar a multiplicarse.

Se puede reconocer fácilmente por las manchas que provoca en las hojas, que son amarillas en la superficie y blancas en el envés. 
Estas manchas blancas y amarillas en las hojas se van extendiendo, provocando necrosis en pequeñas partes y más adelante que la hoja completa se deforme y seque por completo, mientras el hongo se extiende por toda la planta.

Puede reproducirse en todo tipo de espacios con plantas y afecta a gran variedad de especies, aunque los cultivos y los árboles mas afectados por el mildiu son:

Vid
Roble

Cómo combatir el mildiu - remedios naturales

Lo más efectivo contra el mildiu es la prevención, pero hay algunas medidas que pueden tomarse en la difícil lucha contra este hongo, especialmente si se detecta a tiempo. 
Lo primero y más evidente es retirar las hojas o cultivos afectados por el hongo mildiu. 
Si las manchas aún son amarillas o blanquecinas y no están muy extendidas, será suficiente con retirar las hojas afectadas y deshacerse de ellas de forma segura. 
Si las hojas muestran manchas marrones, quiere decir que la planta ha sido afectada por completo, con lo que seguramente tendrás que eliminarla entera para evitar que el hongo se propague a otras plantas de su alrededor.



También puedes usar fungicidas caseros. 
Algunos de ellos son muy efectivos y, además de ser completamente ecológicos, resultan muy baratos. 

Estos son los mejores fungicidas caseros para combatir el mildiu:

Fungicida casero con leche

Uno de los fungicidas más efectivos sin duda es el fungicida hecho con leche. 
Para prepararlo y usarlo sigue estos pasos:
Mezcla 8 partes de agua con 2 partes de leche desnatada.
Añade 20 gramos de bicarbonato de sodio por litro de mezcla.

Una vez lo tengas todo en el recipiente definitivo, múevelo muy bien y rocía las hojas y plantas durante 2 días seguidos, siempre a última hora de la tarde. 

Si hay una tormenta, es importante aplicarlo al día siguiente también.
Tras esta aplicación inicial, repite el proceso cada 15 días, prestando especial atención a las plantas afectadas y retirando siempre las zonas enfermas.

Purín de ortiga para el mildiu

Otro remedio natural muy efectivo es el purín de ortiga y así es como hay que prepararlo y aplicarlo:
Se elabora con 100 gramos de tallos y hojas de ortigas por cada litro de agua. 

Es mejor recolectar tallos y brotes que no sean demasiado leñosos, que no estén en floración, además de recogerlos sin raíz. 

Es preferible usar agua de lluvia. 
Si solo dispones de agua de canilla, deja el agua en algún recipiente al sol durante unos dos días, de forma que el cloro que hay en el agua potable del grifo se evapore.

Una vez preparada la mezcla de agua y ortiga, es importante tapar el recipiente de forma no hermética, y destaparlo a diario para removerlo. 
No te preocupes si huele mal, es muy normal.

Unos 15 días después, la mayoría de las hojas deberían haber sido consumidas por las bacterias y no deberían quedar más que los tallos.

En 20 días, el purin estará listo para ser colado y filtrado. 
Es muy importante no dejar que la mezcla entre en contacto con piezas metálicas en ningún momento de todo el proceso.

Mezcla 1 parte de purin con otras 10 partes de agua antes de empezar a rociar este fungicida casero en las partes afectadas. 
Puedes seguir la misma pauta de tiempos que en el remedio anterior.



Cómo prevenir el mildiu

Para prevenir la aparición de este hongo en tus cultivos o plantas, puedes seguir estos consejos para evitar el mildiu en las plantas:

Controlar los excesos de humedad en tu cultivo, además de procurar un buen drenaje en el suelo.

La poda regular también ayudará a mantener el cultivo libre de materia orgánica en mal estado y, por tanto, a evitar la aparición del hongo.

También puedes usar los dos fungicidas naturales anteriormente mostrados de forma preventiva.

Además, puedes usar otros remedios efectivos contra el mildiu, como la cola de caballo o la infusión de ajos. 


El sulfato de cobre también es un muy buen preventivo del mildiu, por lo que muchos lo usan, por ejemplo pinchando el tallo de la planta con un alambre de cobre y enrollándolo alrededor de la misma.
No abuses de los abonos nitrogenados, pues favorecen la aparición de estos hongos.


Fernando Gatto

EL OIDIO



Hola Bonsaistas, hablando de los problemas que se pueden presentar en nuestros bonsais, le llega la vez a el oidio.

Cómo combatir el oídio con remedios caseros

¿Tus plantas tienen manchas blancas en las hojas y los tallos? 
Se trata de una enfermedad algo común que es producida por varios hongos. 
El oídio también es llamado blanquillo o cenizilla por su aspecto, pues son unas manchas blancas como polvorientas. 
Esta enfermedad debilita a la planta poco a poco, hasta puede llegar a matarla, puesto que si dejamos pasar el problema y va avanzando, al final se alimenta de la planta entera y se extiende a otras. 
Existen productos en el mercado que te pueden ayudar a tratar este problema, pero algunos pueden ser tóxicos par nosotros y nuestras mascotas, pueden acabar dañando la planta y no solo a la afección que tiene y contaminar el medio ambiente. 

Por suerte, también hay remedios naturales y ecológicos.

Qué es el oídio en las plantas y sus causas

El oídio en las plantas es un enfermedad producida por hongos que deja las hojas con el aspecto que podemos ver en la imagen principal de este artículo y en la de aquí abajo, es decir como con un polvo blanco, que son los hongos, y que va debilitando la planta.

Las principales causas del oídio en las plantas se deben a una combinación de factores que propician la aparición de los hongos. Concretamente, el oídio aparece cuando hay demasiada humedad, poca ventilación y poca luz natural y, además, también puede influir la genética de la planta como veremos más adelante, su estado de salud previo a la infección de estos hongos, es decir si ya estaba débil, y a lo abonamos con demasiado nitrógeno, el cual es bueno para la tierra y las plantas pero no en exceso.

Este problema, si se deja pasar, puede acabar por destruir nuestro cultivo entero, por lo que hay que saber identificarlo y tratarlo, así como prevenirlo. 
Presta atención a los siguientes consejos para su prevención y a los remedios fungicidas para el oídio.



Cuáles son laos árboles más afectados por el oídio

Aunque puede aparecer en cualquier tipo de planta mientras se den las condiciones adecuadas, el oídio afecta más a ciertas especies. 

Cerezos
Durazneros
Ciruelos
Manzanos
Laurel
Rosales

Remedios caseros para el oídio de las plantas

Azufre y cobre para el oídio

Tanto el azufre como el sulfato de cobre son fungicidas muy efectivos, pero hay que tener cuidado en su manejo y en no excederse con la dosis, pues en tal caso pueden ser dañinos para las plantas y la tierra. 
Adquiere azufre en polvo o líquido, o sulfato de cobre pero no los uses juntos, y agrega el polvo en las hojas y la tierra en las cantidades que indique el envase o bien, las que te haya indicado el especialista de la tienda de jardinería. 
Si usas el líquido, puede aplicarlo con pulverizador. 
Procura usar guantes, lentes y mascara, sobre todo si vas a usar bastante cantidad porque tienes que tratar una gran cantidad de árboles.

Purín o decocción de cola de caballo

Otra opción que te aconsejamos si te preguntabas cómo combatir el oídio con remedios caseros es la cola de caballo. 
Es una planta usada para muchos remedios y entre sus propiedades encontramos las antimicóticas o fungicidas, por lo que es buena para acabar con este problema de hongos en las plantas. 
Puedes comprar el extracto concentrado de esta planta y diluirlo en agua para pulverizarlo por las plantas a tratar, pero también puedes preparar una infusión, decocción o purín de esta para pulverizarlo también.

La infusión o decocción está menos cargada y se usa al momento de hacerla, en cambio el purín se tarda días en preparar pero es más concentrado y potente que la infusión. 
Puede que para empezar a tratar te convenga hacer la decocción o infusión, pero se recomienda preparar purín, con proceso de maceración, para tratar los casos graves de esta infestación o incluso para usar más adelante como método de prevención de muchas plagas y enfermedades. 
Puedes empezar por hacer un litro de infusión, dejando que hierva la cola de caballo por 10 minutos y repose otros 10, y pulverizarla en las hojas afectadas.

Otras plantas igual de efectivas contra el oídio y otras plagas, tanto de hongos como de insectos, son la salvia, las hojas de las tomateras y las ortigas, además para usarlas hay que realizar el mismo procedimiento.



Infusión de ajo para el oídio

El ajo es sin duda uno de los alimentos más usados como remedio casero para infinidad de problemas, y de hecho es ampliamente usado como fungicida casero. 
Tiene propiedades antimicrobianas, antisépticas, antifúngicas, antibacterianas, etcétera, por lo que ofrece un tratamiento muy competo tanto de cura como de prevención.

Para usarlo contra esta enfermedad fúngica en las plantas tienes que hacer una infusión de ajo, en la cantidad necesaria según el tamaño del jardín o huerto o si solo tienes que tratar una planta. 
Te contamos como prepararla para obtener un litro, que te dará para tratar diversas plantas.

Pon a hervir poco más de un litro de agua, cuando empiece la ebullición añade los dientes de ajo previamente un poco machacados. 
Agrega entre 10 y 30 dientes de ajo para que sea un remedio potente. 
Deja que hierva por 5 minutos o un poco más, sin llegar a los 10 minutos, y deja reposar la infusión tapada y fuera del fuego por 10 minutos. 
Cuela la infusión para retirar los trozos y vierte el líquido en un pulverizador grande. 
Ya puedes usarlo para pulverizar las plantas dañadas por los hongos una vez al día, hasta que veas que estos desaparecen.

Bicarbonato contra el oídio

El bicarbonato de sodio es uno de los mejores fungicidas caseros y naturales, ya que este mineral tiene grandes propiedades antimicóticas, antibacterianas, antisépticas y muchas más.

Para usarlo en el caso de querer combatir el oídio es necesario que mezcles este producto con un aceite vegetal, como el de oliva, y agua. 
En un pulverizador grande añade 1 litro de agua, 2 o 3 cucharadas de bicarbonato, según si las pones llenas o rasas, y 2 cucharadas de aceite. 
Tras mezclar bien antes de usar, pulveriza todas las plantas afectadas incidiendo en las partes que veas más oídio. 
Si solo necesitas tratar una planta pequeña reduce las cantidades en esta misma proporción. 

Consejos para prevenir el oídio en las plantas

Por último, queremos darte algunos consejos para evitar el oídio en las plantas pensando en cuáles son los factores que lo propician:

Asegúrate de que usas un buen sustrato. 

Recuerda que la tierra debe tener un buen drenaje para evitar que se encharque el agua y haya exceso de humedad. 
Esto es especialmente importante en las macetas porque es más fácil que se dé encharcamiento. 

Ubica las plantas en una zona ventilada y con sol y sombra. 
Les debe dar el sol pero no de lleno todas las horas fuertes, pues pueden quemarse, y deben tener sombra para regular la temperatura, pero no puede ser una zona oscura. 


Además, es vital que haya buena circulación de aire porque así es más difícil que se acumule humedad y hongos.
Presta atención al aspecto y salud de tus árboles y, en caso de sospechar que no están bien, consulta a un especialista en la tienda para que te diga qué tienen y cuál es el mejor tratamiento. Puede que les falten minerales, agua, sol, vitaminas, etcétera. 
Si generalmente están sanas, será más difícil que se vean afectadas por parásitos y plagas.

Fernando Gatto

LOS CARACOLES Y BABOSAS EN NUESTROS BONSAIS




Cómo eliminar babosas y caracoles de forma natural

Si tienes varios bonsai en un jardín, seguramente, te habrás encontrado con la compañía de caracoles y babosas. 
Estos moluscos se alimentan de las plantas, tanto de sus hojas y tallos como de las flores y sus frutos, lo que hace que nuestros bonsai estén deslucidos.

Si te preguntabas cómo eliminar babosas y caracoles de forma natural te explico las formas más efectivas de deshacerte de estos animales en tu zona sin necesidad de matarlos. 
Así que olvídate de comprar insecticida para caracoles o tierra de diatomeas, que aunque sean efectivos son muy dañinos e incluso letales para ellos, y toma nota de estos remedios caseros para eliminar babosas.

Atrapa las babosas y los caracoles y llévalos a otro lugar

El primer consejo y remedio sobre cómo eliminar las babosas y los caracoles aunque pueda parecer tedioso o un proceso largo, nosotros iremos quitando a estos moluscos de nuestro terreno y ellos seguirán vivos y, a ser posible, en un lugar más seguro para ellos.

Tendrás que atraparlos para llevarlos a otro sitio, tranquilo es más fácil de lo que pueda parecer. 
Puedes colocar cobijos y trampas para atrapar a estos animales. Por ejemplo, coloca tejas u otros elementos que les sirvan de cobijo como cestas especiales para atraparlos. 
Cada día puedes revisar estas trampas y sacarlos. 
Cuando hayas reunido todos los que has atrapado en estos sitios, puedes llevar a las babosas y los caracoles a otro lugar lejos de tu terreno en la que haya mucha vegetación y algo de agua cerca, como un río.

Otro consejo es que aproveches los días de lluvia para atraparlos, pues salen para aprovechar la humedad.



Cómo usar el café para deshacerse de caracoles y babosas

Uno de los remedios caseros contra los caracoles y las babosas más usados es el de los posos de café en el jardín. 
Los restos del café molido son muy efectivos como barrera contra babosas o limacos, caracoles y gusanos, pues dificulta su paso por esa zona y además la composición es fuerte para ellos, pudiendo llegar a ser tóxica, y los repele enseguida.

Coloca una capa fina de café molido o de sus restos tras usarlo en la zona que quieras proteger. 
No tengas miedo a echarlo muy cerca de las plantas, pues el café es muy bueno para la tierra y ayuda a mejorar su composición ayudando a que tenga más nitrógeno.

Además, otra opción son las cenizas, que tienen el mismo efecto repelente para estos animales, pero no son tan beneficiosas para tus plantas.



El ajo para eliminar babosas y caracoles

Otro de los productos para eliminar caracoles y babosas de forma efectiva sin llegar a matarlos es el ajo, una planta que usamos de alimento y tiene miles de propiedades, beneficios y usos. 
Es un repelente potente debido a sus fuertes componentes y es muy fácil de usar a la par que no daña las plantas, las cosechas ni al medio ambiente. 
Además, este remedio natural repele a muchos más animales indeseados en los huertos y jardines, como las plagas de pulgones e incluso es uno de los mejores fungicidas caseros.

Puedes trocear unos dientes de ajo y esparcir los trozos alrededor de la zona que quieras proteger o bien, puedes hacer una infusión en gran cantidad para rociarla por la tierra y las plantas cuando no les dé el sol para evitar que se quemen con el líquido y los rayos del sol.

Sal gruesa o cáscaras de huevo: barreras contra babosas y caracoles

Tanto la sal gruesa como los trozos de cáscaras de huevo son muy efectivos para combatir las babosas y los caracoles en el jardín y el huerto. 
Forman una barrera que es muy desagradable para estos animales y otros, como algunos gusanos, pues por un lado pinchan y por otro la sal les molesta e incluso hace daño. 
Por ello, en cuanto empiezan a notar la barrera de sal gruesa o cáscaras de huevo deciden irse de este lugar en busca de otro mejor.

Esparce una capa fina de estos elementos alrededor de tus plantas, pero no eches sal en exceso sobre la tierra porque podría echarla a perder y dañar tus plantas.



Jabón de nueces

El jabón hecho con nueces es un remedio casero y natural muy adecuado para eliminar este tipo de plagas y otras, como las de insectos y hongos. 

¿Cómo combatir los caracoles y babosas con jabón de nueces? 
Es muy sencillo.

Primero tienes que preparar el jabón líquido con nueces y, a ser posible, concentrado. 

Cuando ya lo tengas preparado, solo tienes que rociar con este jabón todas las plantas que quieres proteger, tanto las hojas como las flores, los tallos, las ramas, etcétera. 
Aunque pienses que al ser jabón hará daño a las plantas, no es así, pues es totalmente natural y no tiene químicos artificiales. 
A ellas no las daña y a los animales tampoco, pero los repele al no poder deslizarse ni comer bien en estas. 
Verás que en poco rato todos los caracoles y babosas se van de esta zona para irse a otra mejor para ellos.

Depredadores naturales de babosas y caracoles

El mejor de los remedios caseros para eliminar babosas y caracoles de forma natural es dejar que la naturaleza actúe. Permite que otros animales que no dañarán, o lo harán en menor grado, tu huerto o jardín habiten en él y se alimenten de estos moluscos. 
Algunos de los depredadores naturales de caracoles y babosas son:

Erizos
Musarañas
Salamandras
Sapos
Ranas
Tortugas
Serpientes
Patos
Gallinas
Aves como petirrojos



Cómo prevenir babosas y caracoles en el huerto y el jardín


Toma nota de estos otros consejos para prevenir las plagas de babosas y caracoles en tu terreno:
Usa los remedios anteriores no solo como tratamiento de plagas, sino como método de prevención.
Riega por las mañanas, excepto cuando haga mucho sol pues se pueden quemar las plantas.
Usa el riego por goteo para evitar la acumulación del agua en las plantas y el exceso de humedad. 

Airea con frecuencia el suelo para eliminar los huevos de los moluscos.
Pon plantas que repelen a las babosas y los caracoles, como las capuchinas, la mostaza, el romero, la lavanda, la salvia, la capuchina, la begonia, los geranios o la bergenia.

Puedes usar granulado de aceites esenciales para colocar en la tierra alrededor de las plantas como barrera, su fuerte aroma repelerá a los moluscos.

Fernando Gatto

martes, 25 de abril de 2023

CHARLANDO SOBRE PLAGAS


Plagas y enfermedades de las plantas: listas y cómo eliminarlas

Las plantas están sujetas a la amenaza de gran cantidad de agentes que pueden atacarlas, la mayoría de los cuales son plagas o enfermedades. 
Habitualmente estos peligros se consideran solo cuando afectan a cosechas o explotaciones agrícolas por las importantes pérdidas económicas que pueden llegar a suponer, pero casi todas las plantas son susceptibles de ser atacadas.

Plagas de las plantas más comunes

Las plagas están provocadas por animales, habitualmente insectos, que se alimentan de la planta o le producen daño de alguna forma. 
No son todas, pero las siguientes son las plagas más comunes:


Pulgón: 
Son insectos de muy pequeño tamaño, similares a granos de arroz. 
Los más habituales son los pulgones verdes, pero hay más especies, como los pulgones negros, rojos, blancos o amarillos. Se alimentan de las plantas sorbiendo su savia y pueden atacar a casi cualquier planta. 
Excretan una melaza que atrae a las hormigas, con las que mantienen una relación simbiótica, y que también puede hacer aparecer un hongo llamado Negrilla. 


Cochinilla: 
Estos otros insectos, con forma de pequeño caparazón, también se alimentan de la savia de las plantas. 
Habitualmente se ubican en los tallos y el envés de las hojas, y también excretan el exceso de azúcar que obtienen de la savia en forma de cera. 
Existen diversos tipos de cochinillas en las plantas, como la cochinilla algodonosa y la acanalada.


Araña roja: 
Pequeños ácaros de color rojo o negro, que también sorben los jugos de la planta, debilitándola y haciéndola vulnerable a otros ataques de otras plagas o enfermedades, por lo que si no se tratan a tiempo las plantas acaban muriendo. 
Se dan con las temperaturas altas y cuando la humedad es muy baja. 
Cuando hay muchas de estas arañas, pueden producir telarañas visibles.


Gorgojos: 
Esta es otra de las plagas de insectos que se alimentan de las plantas. 
También se conocen como picudos o curculiónidos y hay muchas especies distintas, como el gorgojo del arroz, el del trigo o el del maíz.


Trips: 
Son pequeños insectos alados que se alimentan de las hojas y, a veces, a los frutos. 
Suelen aparecer en primavera, cuando la mayoría de plantas se encuentra en mejor estado de salud, con mayor cantidad de hojas y frutos.


Mosca blanca: 
También conocidas como aleuródidos, conforman un gran grupo de más de 1.500 especies. 
Son una de las plagas que más daños causan en las plantas y cultivos.


Minadores de las hojas: 
Se trata de las larvas de diversas especies de insectos que se desarrollan en el interior de las plantas, sobre todo en la parte de las hojas. 
Al alimentarse de estas, provocan graves daños a las plantas y estas incluso pueden llegar a morir. 
Dejan unas marcas muy características en las hojas, que son como unos caminos blancos.

Ahora que ya hemos visto este tipo de plagas de plantas, vamos a centrarnos en las enfermedades que pueden padecer.

Enfermedades de las plantas más comunes

Como ocurre con las plagas, hay un sinfín de enfermedades que afectan a nuestros árboles de todo tipo y en todo el mundo. 
Las más comunes son las siguientes:

Botritis: 
También llamada podredumbre gris, está causada por un hongo (Botrytis cinerea) que produce un moho de color grisáceo sobre cualquier parte de la planta. 
Se da habitualmente por exceso de humedad.


Roya: 
Este hongo hace aparecer pequeñas manchas y deformidades de color amarillento o marrón en los tallos y las hojas.


Mildiu: 
Es un hongo que aparece en condiciones de humedad y temperatura altas. 
El mildiu ataca a las hojas de las plantas, provocando manchas oscuras de aspecto oleoso. 


Oídio: 
Es muy fácil de identificar por su aspecto de polvo de color claro en las hojas, de aspecto similar a la ceniza. 
El oídio es una enfermedad producida por un hongo, y por tanto debe tratarse con fungicidas.


Antracnosis: 
Es una enfermedad producida por hongos a la cual también se la conoce como chancro o cancro. 
Produce manchas marrones en las hojas, sobre todo alrededor de los nervios principales de estas.


Alternariosis: 
Esta enfermedad fúngica, también llamada negrón, afecta a las hojas y a los frutos de las plantas. 
Se reconoce porque produce manchas circulares más oscuras en el centro y con círculos o anillos alrededor de un tono marrón más claro o amarillos.

Tratamientos naturales para las plagas y enfermedades de las plantas

Hay muchas sustancias ecológicas y naturales que puedes usar para combatir las plagas y enfermedades de las plantas sin necesidad de recurrir a los productos químicos
.

Ajo: 
Una solución de ajo triturado con clavos en agua vaporizada sobre las plantas mantendrá alejadas a muchas plagas.

Hojas de tomate: 
Son un gran repelente contra pulgones y gusanos, con lo que pulverizar una solución de hojas picadas en agua funcionará, pero cuidado con tus mascotas, esta mezcla puede ser tóxica para ellas.

Cáscaras de huevo molidas: 
Además de fertilizar la tierra también ahuyentan a caracoles y babosas. 

Cilantro: 
Hervido en agua en una concentración elevada acabará con la mayoría de los ácaros en las plantas.

Aceite vegetal: 
Contra las cochinillas y pulgones, en cambio, el aceite vegetal resulta la mejor opción, mezclado con agua y jabón líquido.

Bicarbonato de sodio: 
Una cucharada de este ingrediente mezclada con dos litros de agua pulverizada una vez al día será un gran aliado.

Cómo prevenir plagas y enfermedades de las plantas de forma natural

Muchos de los remedios que hemos dado, como las cáscaras de huevo y el ajo, pueden usarse de forma preventiva contra gran variedad de plagas, ya que no hacen daño alguno al suelo e incluso lo enriquecen.

Contra los hongos, en cambio, la mejor medida preventiva es siempre no excederse con los riegos. 
Un exceso de humedad les proporcionará un entorno ideal en el que aparecer. 
Además, si mantienes tus plantas podadas de forma que el aire corra bien entre ellas y separadas entre sí, también dificultarás mucho la aparición de hongos.

Cómo combatir plagas en agricultura ecológica

Luchar contra las plagas y enfermedades en agricultura sin usar ingentes cantidades de pesticidas artificiales es posible. 
Se trata de tomar una serie de medidas que se complementan entre sí. 
Entre estas medidas están las medidas preventivas, destinadas a prevenir el ataque a nuestros cultivos, y las medidas de control, destinadas a matar y destruir a las plagas. 
Las medidas preventivas son a largo plazo, mientras que el control, se establece a corto plazo. 

Qué son las medidas de prevención de plagas en la agricultura ecológica

Las medidas preventivas para el manejo de las plagas y enfermedades se basan en la premisa de que una planta sana, será mucho menos sensible al ataque de las plagas y las enfermedades. 
Por eso, uno de los objetivos primordiales del agricultor ecológico debe ser el de mantener las condiciones lo más favorable posible al cultivo que esté desarrollando. 
Las medidas preventivas son de vital importancia.

Las plantas en la naturaleza interaccionan constantemente con su medio y esta interacción es muy importante para su salud. 
Un ecosistema correctamente gestionado, cultivando las especies adecuadas en el momento correcto, es una manera eficaz de disminuir la incidencia de plagas y enfermedades. 
Por ejemplo, hay especies de plantas que se adaptan mejor a determinadas condiciones del medio, ya que tienen mecanismos de defensa más eficaces, y tienen menores riesgos de sufrir plagas. 
Se conoce que en general una especie vegetal presenta un mayor riesgo de plagas en el caso de monocultivos.
La fertilidad del suelo en el que se desarrolle una planta influye en gran parte en su salud. 
Si el suelo tiene un pH y unos elementos nutritivos adecuados con los requisitos del cultivo, este se desarrollara mejor y más fuerte, y por tanto será menos sensible a enfermedades y plagas.

Otros factores importantes son el clima, la temperatura o la disponibilidad de agua. 
El problema de que no se cumplan estas condiciones es que la planta puede estresarse, lo que le lleva a que sus mecanismos de defensa se debiliten y sea más propenso a sufrir enfermedades y plagas.
Así, para responder a la duda sobre cómo combatir plagas en agricultura ecológica, recomendamos que primero se asegure al máximo la prevención de estas y que, cuando ya han aparecido, se eliminen de forma ecológica con medidas de control, tal y como explicamos a continuación.

Prácticas de prevención de plagas en la agricultura ecológica

Para comenzar, explicamos cuáles son las medidas de prevención de plagas en agricultura ecológica que resultan más eficaces:

Selección de especies resistentes: 
Elegir variedades de plantas que se adapten bien al medio sobre el que los vamos a cultivar, ya que crecerán más fuertes y resistentes

Uso de semillas sanas y materiales vegetales limpios: 
Las semillas deben estar libres de patógenos y los materiales deben proceder de fuentes fiables

Perfeccionar los sistemas de cultivo: 
Es más beneficiosa para reducir las plagas y enfermedades, utilizar sistemas mixtos de cultivo, rotar los cultivos y usar abonos verdes y cultivos de cobertura

Aportar nutrientes al suelo: 
Fertilizar el suelo de forma moderada. 
Es importante también aportar potasio

Aportar materia orgánica: 
Aporta microorganismos al suelo, que favorecen la aireación y hacen que los nutrientes estén disponibles para las plantas
Controlar las malezas del suelo

Usar bien el agua: 
Aportar agua, pero sin inundarlo

Mantener los enemigos naturales de las plagas: 
Ejercen un control biológico sobre los patógenos

Planificar un calendario de cultivo y en densidades adecuadas: 
Puede reducir la incidencia de plagas

Usar medidas sanitarias: 
Cuando se detectan partes infectadas, eliminarlas, para que no se propague

Medidas para combatir las plagas en agricultura ecológica


Aunque apliquemos correctamente las medidas de prevención de plagas y enfermedades en la agricultura ecológica, pueden no ser suficientes para evitar el desarrollo de estos problemas en la salud de los cultivos y plantas. 
Cuando estas se desarrollan, las medidas deben ir encaminadas a eliminarlas, lo que puede hacerse mediante un control mecánico o biológico de las plagas.

Control mecánico de las plagas
Trampas de luz: 
Útiles para luchar contra las polillas, gusanos, cortadores y demás insectos nocturnos

Trampas de colores, adhesivos: 
Útiles para luchar contra trips adultos y mosca blanca.

Trampas de agua.

Trampas adhesivas amarillas: 
Útiles para luchar contra la mosca blanca, pulgones y minadores de hojas.

Embolsado de frutas: 
Así evitar que las moscas de la fruta pongan sus huevos en los frutos y propaguen la plaga.

Control biológico de las plagas

Liberar enemigos naturales de las plagas: 
Como San Antonios o sírfidos, que son depredadores naturales de pulgones.


Bacterias como Bacillus thuringiensis (Bt): 
Disponible comercialmente en pesticidas.

Hongos que eliminan insectos: 

Como Beauveria bassiana. 
Se vende comercialmente.

Fabricación y uso casero de pesticidas naturales: 
Se pueden fabricar pesticidas con diversas plantas como el ajo o la nicotina.

Control biológico de plagas: qué es, ventajas, desventajas y ejemplos

El control de plagas con productos químicos presenta muchas desventajas, entre ellas su gran coste y el riesgo de contaminación que acarrea, tanto para los alimentos como para el entorno y nuestra salud. 
Por ello, el control biológico de plagas se revela como una alternativa ecológica y muy eficaz, sobre todo a largo plazo.

En el control biológico de plagas, lo que se usa para acabar con las especies consideradas plagas no es otra cosa que la introducción de algunos de sus depredadores naturales en la plantación. 
De esta forma, se logra acabar con la plaga sin necesidad de usar productos químicos de ningún tipo y, además, sin impacto nocivo para el producto o el entorno.

El control biológico de plagas se empezó a usar en 1880, cuando se importó Rodolia cardinalis, una especie de San Antonio, a EE.UU. desde Australia para luchar contra la cochinilla acanalada. 
El éxito de la medida, que resultó de efectos permanentes y de una relación eficacia/costo tremendamente favorable a pesar de la inversión inicial, hizo que este tipo de lucha contra las plagas empezara a ganar apoyos.

Entre las estrategias del control biológico de plagas, se distinguen tres básicas:

Importación

La importación consiste en la introducción del organismo que será el agente de control biológico. 
Aunque a priori puede parecer algo muy sencillo, realizar la introducción de forma adecuada y controlada requiere de profundos conocimientos y de una estrategia estudiada. 
Debido a eso, el control biológico de plagas es uno de los métodos que requiere de mayores conocimientos.

Incremento

El incremento consiste en tomar medidas para que los enemigos naturales de la plaga a eliminar vean reforzada su población. 
Puede utilizarse tanto sobre agentes autóctonos como sobre otros liberados por importación y, aunque tradicionalmente se consideraba muy cara, actualmente sus costes son cada vez más asequibles, debido al creciente número de empresas especializadas que se dedican a la liberación e inoculación de agentes controladores.

Conservación

La conservación, por último, consiste en procurar implantar medidas que ayuden a mantener las poblaciones de enemigos naturales. 
Es la estrategia menos estudiada y la más compleja de aplicar, ya que precisa de un profundo conocimiento del funcionamiento del agroecosistema.

Ventajas del control biológico de plagas

Las principales ventajas del control biológico de plagas son que:

Permite luchar contra estas sin tener que recurrir a insecticidas o plaguicidas, productos que son tóxicos y perjudiciales tanto para la salud humana como para el medio natural.

Además, este método tiene un efecto permanente en muchos casos, aportando por ello el mejor de los efectos a largo plazo.

Su relación de eficacia/costo se dispara también y, aunque requiere de inversiones iniciales que en ocasiones son costosas, a la larga resulta el más económico de los métodos de control de plagas.

Desventajas del control biológico de plagas

Por supuesto, este método también cuenta con inconvenientes. Así, estas son las principales desventajas del control biológico de plagas:

Como ya hemos mencionado, su inconveniente más importante es que precisa de planes de actuación, estrategias y, en general, muchos más conocimientos que otros métodos de aplicación más sencilla.

Su tiempo de actuación es notablemente más lento que los plaguicidas, puesto que hay que esperar a que el depredador se asiente y se multiplique para acabar con la plaga.

Cuando se usa en conjunción con otras formas de control, como los pesticidas, puede ocurrir que los pesticidas destinados a acabar con las plagas afecten también a la población del agente biológico controlador.



Ejemplos de control biológico de plagas

Aparte del caso descrito antes sobre los San Antonios y las cochinillas acanaladas, siendo este insecto también efectivo contra plagas como la cochinilla algodonosa y también los pulgones, estos son dos ejemplos de control biológico de las plagas muy sencillos:

La mosca blanca

Este insecto, que tiende a atacar plantaciones de tomates, pepinos, judías, pimientos y tabaco, provoca grandes daños en los cultivos debido a su rápida propagación, que acostumbra a venir acompañada también del ataque de hongos e infecciones víricas. 
El agente más habitual para usar en su combate es la mosca Encarsia formosa. 
Este parásito de reducido tamaño, aproximadamente 1 mm, deposita sus huevos en las larvas de mosca blanca, lo que hace que se conviertan en parasitarias que siguen extendiéndose y, de este modo, acaban con la plaga que consume las plantas.



Los trips

El trip, un conocido insecto de tamaño inferior a los 3 mm, se alimenta de los nutrientes de las hojas, tallos, flores y frutos de las plantas, provocando necrosis de los tejidos y la muerte de estas. 
Se combate usando los ácaros Neoseiulus barkeri y Amblyseius cucumeris, que depredan las larvas de los trips y acaban así con la plaga.

Fernando Gatto

ACEITE DE NEEM Y JABÓN POTÁSICO



Hola Bonsaistas, en Kyomu Bonsai Uruguay creemos que s importante aprender a utilizar dos de los productos más usados en agricultura ecológica: el aceite de neem y el jabón potásico, pues son perfectos para tratar y evitar plagas diversas en las plantas.

Para qué sirve el aceite de neem y jabón potásico para las plantas

El aceite de neem, de coloración oscura, sabor amargo y aroma intenso, se extrae de las semillas del árbol de neem, originario de la India y tiene múltiples usos. 
Podrás usarlo como insecticida, acaricida, fungicida y como repelente de insectos.

Además de su amplio campo de acción en cuanto a usos también es eficaz contra:

La mosca blanca.
La cochinilla.
El pulgón.
La araña roja.
Los trips.
Los minadores de hojas.

En cuanto a los hongos, es muy útil contra el mildiu o el oídio, dos de los más comunes y problemáticos en la mayoría de los bonsais. 
También se ha probado su eficacia contra nematodos, por lo que podemos decir que el aceite de neem es de uso universal para combatir casi cualquier tipo de plaga. 
Y es que la composición del aceite de neem es tan compleja que hace prácticamente imposible que los insectos logren adaptarse o crear cierta capacidad resistente.

En cuanto al jabón potásico, hablamos de otro potente insecticida ecológico que mezclado con el aceite de neem es capaz de acelerar y fortalecer todas sus propiedades. 
Además, el jabón potásico cuenta con un potente efecto limpiador con el que eliminar los residuos de melaza que generan los insectos. 
Estos residuos que se acumulan en las hojas pueden provocar la aparición de hongos, tan problemáticos para tus plantas como es el caso de la negrilla.



Cómo hacer aceite de neem y jabón potásico

Lo primero que debes saber es que el aceite de neem, como sucede con el resto de aceites, es hidrófobo. 
Esto quiere decir que necesitarás un surfactante, que no es más que un producto que ayude a eliminar la película protectora que evita que los dos líquidos se mezclen. 
En este caso, se debe utilizar jabón potásico, ya sea casero o alguna de las marcas recomendadas que puedes encontrar en tiendas. 
Antes de empezar, te recomendamos que utilices un medidor para facilitarte la tarea.
Debes añadir 5 ml de jabón potásico por cada litro de agua. 
Es muy probable que el jabón esté condensado, por lo que te recomendamos que viertas el jabón en una olla y lo calientes para que sea mucho más fácil mezclar. 
Mantenlo a fuego medio hasta que se disuelva.
Añade en la misma proporción el aceite de neem puro, es decir, 5ml por cada litro de agua. 
Por suerte, como el aceite ya está en formato líquido será mucho más fácil añadirlo al resto de la mezcla.

Como consejo adicional te recomendamos que cuando prepares esta mezcla con aceite de neem y jabón potásico hagas bastante cantidad, como mínimo unos 10 litros para que tengas suficiente para realizar un tratamiento completo.

Además, es posible añadir bicarbonato a la mezcla para mejor los resultados en tratamientos de hongos y para evitar su aparición.



Cómo hacer jabón potásico ecológico paso a paso

Material

Guantes de goma
Lentes de seguridad
Balanza de cocina
Batidora
Recipientes de plástico, vidrio o acero inoxidable para guardar el jabón

Las protecciones son necesarias porque mientras se produce la reacción entre la potasa y el agua, esta puede dañar la piel y partes sensibles como los ojos si salpicara, por lo que es mejor la prevención. 
Luego una vez terminado ya no resulta así de agresivo, ni para nosotros ni para las plantas pero sí para variedad de plagas de estas.

Ingredientes

120 g de aceite vegetal (aceite de oliva, girasol, maíz o canola)
20 g de hidróxido de potasio (KOH)
20 g de agua

Ponte las protecciones (lentes y guantes).
Mezcla la potasa con el agua y ve removiendo, verás que aumenta la temperatura mientras se hace la reacción.
En otro bol o recipiente vierte el aceite vegetal que haya escogido y caliéntalo al baño maría en una olla. 
Déjalo calentándose unos pocos minutos y luego retíralo del fuego.

Cuando estén las dos cosas a temperatura ambiente, mézclalas juntas en uno de los recipientes.
Verás que va adquiriendo un color oscuro. 
Cuando esté más uniforme bátelo con una batidora entre 2 y 3 minutos.
Deja que la mezcla batida repose por unos 10 minutos y vuelve a batir por otros 3 minutos, repítelo tantas veces como te haga falta hasta que consigas la textura que prefieres. 
De todos modos, ten en cuenta que para usarlo más adelante en tus plantas, tendrás que mezclarlo con agua para diluirlo.
Puedes guardarlo en el recipiente que has usado para hacer la última mezcla si tiene tapa o bien, guardarlo en una botella de plástico o vidrio.


Cómo usar aceite de neem y jabón potásico para las plantas

El aceite de neem se aplica con un pulverizador sobre los tallos y las hojas, ya sea concentrado o diluido en agua, o dentro del propio riego. 
Por ello, como te hemos explicado anteriormente, te recomendamos que hagas tu propia mezcla casera para que puedas utilizarlo de manera regular sobre tus plantas de jardín y cultivos.
A la hora de aplicarlo es muy importante hacerlo durante el atardecer para evitar que la mezcla se degrade a causa de la radiación solar y para evitar que, en caso de que el sol dé muy directo a la planta y sea fuerte, haya quemaduras en esta. 

En caso de no poder aplicarlo en ese horario, sencillamente asegúrate de realizar el tratamiento cada 2 o 3 días, en lugar de cada 4 o 5 días si la planta ya está afectada por alguna de las plagas ya mencionadas.
En el caso de utilizar el aceite de neem y jabón potásico como método preventivo, te recomendamos que pulverices tus plantas cada 15 o 20 días.

Para casos extremos en los que las plantas estén muy afectadas o en estado crítico, recomendamos no solo pulverizar las hojas y tallos con el producto, sino también incluirlo la mezcla en el riego. 
Asegúrate de regar de manera uniforme todo el suelo para que llegue perfectamente a todas las raíces de la planta.
Por último, es posible utilizar una esponja o trapo donde previamente hemos aplicado el producto y limpiar de forma manual las hojas y partes afectadas por hongos u otros insectos. En muchas ocasiones es posible salvar las hojas con este tratamiento antes de decidir eliminar aquellas que estén muy afectadas.
Fernando Gatto

lunes, 24 de abril de 2023

EL HIERRO - LA CLOROSIS


Hola Bonsaistas, hablando de minerales, ya que hablamos del azufre recién, veamos algo sobre la clorosis férrica y el hierro por supuesto 

Necesidad de minerales en las plantas

Como resumen para los recién llegados, vale la pena destacar que, además del agua, de la luz y del dióxido de carbono y oxígeno del aire, todos los vegetales requieren de al menos 13 minerales para sobrevivir. 
Ante la carencia de cualquiera de ellos, la planta empezaría a mostrar síntomas de deterioro.

El nitrógeno, el fósforo y el potasio son los más reclamados por las plantas -por sí solos suman casi tres cuartas partes de la exigencia total en minerales- y junto con el calcio, el magnesio y el azufre, también numerosos, forman los macronutrientes de las plantas. 
Por esta razón se les considera básicos e indispensables en la composición de muchos fertilizantes. 
Podrías interpretar de esto que otros son menos importantes, pero incurrirías en un error.

Síntomas de la falta de hierro

No por ser menos requerido, la falta de un micronutriente pasará desapercibida. 
La planta lo manifestará, por supuesto, desde el primer momento. 
En el caso del hierro, los síntomas iniciales aparecerán en las hojas jóvenes, evidenciando una notable pérdida de intensidad en la coloración. 
Su verde virará poco a poco al amarillo, en todo el limbo a excepción de sus nervios que permanecerán verdes. 
Es además frecuente su arbitrariedad, presentándose en unas ramas sí y en otras no.



Estas señales tan típicas servirán para diferenciarlas de otros minerales. 
En el supuesto del nitrógeno, por ejemplo, se observaría clorosis en toda la hoja, incluido sus haces vasculares.
Además suele revelarse primero en las hojas viejas.

Los síntomas más parecidos son los provocados por la falta de magnesio y también por la del manganeso. 
No obstante en el magnesio, al igual que con el nitrógeno, se mostrarían antes en las hojas viejas.

Será con el manganeso con el que tendrás más dificultades para discernir. 
Como en el caso del hierro, las señales se advertirán primero en las hojas jóvenes, aunque aquí conservarán también unas franjas verdes rodeando los nervios. 
Esa será la sutil diferencia. 
Para colmo es frecuente que existan varias carencias a la vez, complicándolo todo sobremanera.

Por qué se da la carencia de hierro

La privación de hierro en la planta no es por culpa generalmente de una ausencia real en el suelo, ya que es requerido en ínfimas cantidades. 
Lo más común es que, por alguna razón, se encuentre bloqueado y no pueda ser asimilado por las raíces.

La causa habitual del bloqueo es un pH del sustrato inadecuado demasiado alto para la planta. 
Si el soporte que la alberga tiene un pH básico, por encima de 7 se verá seguramente afectada. 
El hierro tendrá problemas entonces para disolverse en el agua.

La horquilla entre 6,5 y 7 es la preferida por la mayoría de especies. 
Es el rango donde se asimilan correctamente la totalidad de los nutrientes.

Plantas acidófilas

Esta regla se ve alterada, sin embargo, en las plantas acidófilas, con querencia por los terrenos con pH bajo. 
Si cultivas por ejemplo arces japoneses, rododendros y azaleas, estos deberían oscilar entre 4,5 y 6 o de lo contrario sufrirán de clorosis férrica.

Otros, como los cítricos, sin precisar un pH tan bajo, también gustan de un suelo ligeramente ácido, 
utiliza un sustrato en el entorno de 6,5.

El agua y el abono también pueden subir el pH

El riego reiterado con aguas pesadas, con exceso de sales minerales, también será un inconveniente para las especies delicadas. 
Si el agua del grifo contiene demasiada cal, mejor emplea otras opciones, agua de lluvia, mineral o destilada, o ésta acabará alcalinizando el sustrato. 
Otra alternativa es bajarle el pH, añadiendo unas gotitas de jugo de limón o de vinagre.

Por la misma razón, en las plantas acidófilas no convienen los abonos habituales con altas concentraciones de sales.

Cómo solucionar la clorosis férrica

Hasta ahora has visto cómo identificar la clorosis férrica, distinguiéndola de las demás, y cómo hacer para que no aparezca en tus plantas. 



Quelato de hierro

En tal situación, los abonos con fórmulas habituales no funcionarán, ya que no se trata de aportar hierro sin más. 
Con el inconveniente de un sustrato alcalino, el mineral no llegaría a la planta. 
Deberás utilizar quelato de hierro, como medida de urgencia. 
Eso sí, después tendrás que ocuparte del problema de verdad.

El modo de aplicación del quelato de hierro variará dependiendo de su disposición y concentración. 
Lo hay para pulverizarlo directamente sobre las hojas, para diluir en el agua de riego o presentado en gránulos para esparcir sobre el sustrato. 
Tú decides cuál te resulta más cómodo, pero sigue las indicaciones del fabricante.

Verás que, siempre que las hojas no estén muy deterioradas, los síntomas revertirán en poco tiempo: en el caso del foliar, poco más de veinticuatro horas.

Sustituir o mejorar el sustrato

Tras la actuación urgente, una vez paliados los síntomas, deberías ocuparte de mejorar el sustrato. 
Tu planta merecerá sin duda un soporte a la altura de sus necesidades.

Para ejemplares en maceta será fácil hacerte con los preparados adecuados. 
Existen muchos específicos, entre ellos el de tierra de brezo o castaño, especial para plantas acidófilas 

Otra opción  es enmendar incorporando turba rubia, muy ácida, hasta alcanzar el pH deseado. 
También lo conseguirás aportando mantillo o materia orgánica, sulfato de hierro o azufre, no bajes más de un punto cada vez. Para calibrarlo puedes ayudarte de los medidores antes mencionados.

Tras solucionar el problema, procura no volver a alcalinizar el suelo. 
Para ello, extrema las precauciones con el agua de riego, nada de cal, ni tampoco uses fertilizantes que contengan demasiadas sales. 
Con el tiempo probablemente tengas que intervenir de nuevo, pero intenta mantener a raya la clorosis férrica.

Sulfato de hierro para las plantas: para qué sirve y cómo usarlo

El sulfato de hierro es uno de los productos más usados en este tipo de situaciones, aunque para poder sacarle todo el partido es necesario conocerlo bien. 

Qué es el sulfato de hierro

Cuando hablamos de sulfato de hierro nos estamos refiriendo siempre al Sulfato de hierro, un compuesto químico que se consigue al hacer reaccionar ácido sulfúrico con hierro metálico.

Es muy fácil de encontrar en tiendas de jardinería y otras superficies especializadas, habitualmente en dos grandes formatos: como polvo, de color verde azulado, o en forma de gránulos de color blanco o marrón. 
El polvo es de absorción más rápida, mientras que los gránulos actúan mucho más gradualmente.

Cómo hacer sulfato de hierro casero

Es posible preparar sulfato de hierro casero, aunque recomendamos hacerlo solo en casos extremos en que no puedas proveerte de él en superficies especializadas. 
Los motivos son que el sulfato de hierro preparado no es caro, y con el que elaboraremos en casa no hay forma de poder calcular dosis exactas, además de ser un proceso tedioso y lento. 

Aún así, te enseñamos a hacerlo:
Prepara un recipiente con agua, que puede ser simplemente una botella de plástico.
Añádele algunos materiales de hierro como clavos o tuercas, sumergidos en agua junto a una pequeña cantidad de azufre.
Es importante removerlo dos o tres veces al día para que el azufre vaya haciendo reacción con el hierro.
Pasados unos 15 días, habrá tomado el característico color del óxido de hierro, y la mezcla estará lista para ser usada en cantidades pequeñas en el agua de riego y aplicarse de ser necesario.



Cómo usar el sulfato de hierro para las plantas

Lo más normal es aplicarlo diluido en el agua de riego o bien añadirlo al sustrato. 

En agua de riego la proporción tiende a ser de 3 gramos por litro, mientras que en tierra lo habitual es usar unos 40 gramos por metro cuadrado. 
En ambos casos, la aplicación no servirá si no dejamos de regar con agua corriente o si no la reposamos antes. 
Aún así, es importante leer las especificaciones e indicaciones concretas de cada producto y asegurarse de seguirlas. 
Si la clorosis férrica no se detiene rápidamente, la salud de la planta empeorará cada vez más hasta acabar teniendo fatales resultados, así que hay que actuar siempre con premura.

Fernando Gatto

JUNÍPERO - ENEBRO

Hola Bonsaistas, vamos a hablar de una especie muy utiliza d a en el bonsai. Enebro de la China (Juniperus chinensis L. = Juniperus sinensis...