lunes, 7 de febrero de 2022

PINO SILVESTRE



Hola Bonsaistas

Voy a encarar una de las especies mas comunes en el mun
do del Bonsai, es una especie no muy entendida pero cuando nos habituamos a trabajarla nos da muchas satisfacciones.

Hablemos 
del Pino albar o Pinus sylvestris L.

Otros nombres: Pino Silvestre, Pino Rojo, Pino de Valsaín, Pino Roig, Lergorria, Pinu Gorria, Piñeiro Silvestre, Pino Bravo..



Podríamos considerar al género Pinus como el género de bonsai por excelencia, ya que cualquier persona no aficionada o principiante se imagina un pino cuando hablamos de bonsai.

Más allá de esto, sin duda, este es uno de los géneros más conocidos, empleados y apreciados por los aficionados y maestros al bonsai debido a su belleza, longevidad y por ser perennifolio, lo que nos permite disfrutar del color verde de su copa durante todo el año y durante toda una vida.

El género Pinus pertenece a la familia de las Pináceas y está compuesto por unas 80 especies, la mayoría en el hemisferio norte y adaptados a vivir en zonas soleadas y con grandes diferencias de temperatura.

Por ser una de las especies de pino más adecuadas para cultivo como bonsai en Europa. 
Linneo lo denominó silvestre, sylvestris, por un pino que crecía de forma natural en su país. 
Se extiende desde Asia hasta España y el círculo polar, lo que ha provocado la existencia de una gran cantidad de variedades en función de la zona geográfica.


Las principales características de este árbol perennifolio son:

- Corteza con escamas de color gris pardusco en la base y láminas, que se desprenden, de color pardo rojizo o anaranjado en la parte superior del tronco.

- Hojas, denominadas acículas, rígidas y de color verde azulado, de un tamaño de 3 a 10 cm. y que nacen agrupadas de dos en dos. 
Florece a mediados y finales de la primavera y sus piñas maduran durante el otoño del año siguiente.

- En el tronco, ramas y hojas posee unas glándulas que producen resina, una sustancia viscosa y muy aromática que sirve para cicatrizar las heridas, cerrando el paso a la pérdida de savia o a la entrada de enfermedades, hongos, virus, etc..

Su hábitat natural son las montañas, soportando las heladas y cualquier tipo de suelo, pero con un cierto grado de humedad, ya que no aguanta bien la sequía. 
Puede alcanzar más de 35 metros de altura.

Situación

Debe cultivarse en el exterior a pleno sol durante todo el año, controlando adecuadamente el riego, ya que así conseguiremos un crecimiento sano, con una ramificación mucho mayor y frondosa. 
No tolera la semi-sombra y mucho menos la sombra.

Necesita sentir el paso del frío invernal, al menos sentir un período de heladas durante el invierno, y permitir que la primavera le provoque el despertar de las yemas en reposo. 
Si lo protegemos del frío y el la temperatura es demasiado suave o templada puede brotar antes de tiempo, lo que lo debilitará. 
La situación exterior durante todo el año, además de garantizar su correcto cultivo, nos ayudará a reducir el tamaño de sus hojas.

Una vez encontrado su emplazamiento más adecuado, no conviene moverlo de sitio porque se resiente con los traslados, sobre todo si son frecuentes.

Riego y Abono

En general, los pinos viven en suelos pobres y secos. Aparentemente, esto podría hacernos suponer que necesitan poca agua, pero hay que tener en cuenta que éstos tienen raíces muy profundas que pueden alcanzar capas de tierra muy ricas en agua. 
Es decir, aunque los pinos vivan en terrenos secos, esto no significa que no necesiten agua y, por tanto, por el hecho de que nuestro bonsai sea un pino no debemos descuidar su riego.

Los riegos deben ser cada vez que se seque la superficie de la tierra, haciéndolo a fondo, es decir, hasta que salga abundante agua por los agujeros de drenaje, evitando tanto el encharcamiento permanente de la tierra, para evitar un exceso de humedad que pudra sus raíces, como dejar totalmente seca la tierra. 
Prefiere los suelos muy bien drenados. 
De vez en cuando puede dejarse secar bien la tierra, pero no de forma habitual.

Conviene utilizar una regadera con agujeros lo más finos posible para que el agua caiga 
con suavidad y penetre mejor en la tierra.

No hay que pulverizar las hojas ni mantener ambientes excesivamente húmedos de forma artificial porque correremos el riesgo de que aparezcan hongos.

Abonar con frecuencia con un abono orgánico de calidad, especialmente durante la época de crecimiento vigoroso, es decir, en primavera y también durante el otoño. 
Durante el invierno y la época más calurosa del verano debe reducirse la cantidad de abono porque son épocas con escaso o nulo crecimiento.

Podemos ayudar a reducir el tamaño de las hojas, además de con una buena exposición exterior a pleno sol con el suministro de abonos más ricos en fósforo, P y potasio, K que en nitrógeno, N para no fomentar el desarrollo de sus hojas, además así fomentamos la fructificación.

No olvidar que:
- NO debemos abonar un árbol trasplantado, hay que esperar a que brote.
- NO debemos regar un árbol cultivado en el exterior después de una helada o cuando haya riesgo de heladas.



Trasplante

Al comienzo de la primavera, cada 3 ó 5 años, justo un poco antes de que se inicie la brotación del año, cuando los brotes están hinchados. 
También puede trasplantarse durante el final del verano y comienzo del otoño, justo en el momento que detiene su crecimiento y el movimiento de savia se ha ralentizado. 
Si los ejemplares son jóvenes, puede aumentarse la frecuencia de trasplante cada 2 ó 3 años.

Durante el trasplante conviene sanear bien cualquier parte de raíces podridas y podar las ramas no deseadas para reducir su copa. 
Si la poda de raíces es muy grande, convendría quitar hojas en la misma proporción que las raíces eliminadas. 
En caso de duda sobre la cantidad de raíces que tienes que podar, un truco seguro para no dañar el árbol es dejar 1/3 más volumen de raíces que de parte aérea, copa, aunque siempre es preferible preguntar a un experto, a otro aficionado o simplemente no podar ninguna raíz hasta que no estés seguro. Evita que se sequen las raíces en contacto con el aire durante el tiempo que dure el trasplante.

No es obligatorio, pero si utilizamos hormonas de enraizamiento con fungicida facilitaremos el éxito del trasplante al estimular el desarrollo de las raíces. 
Debes ser lo más rápido posible durante el trasplante y evitar que las raíces se sequen por estar demasiado tiempo en contacto con el aire.

Una buena mezcla de sustrato para un Pinus sylvestris podría ser una mezcla de tierra con un 50% de arena de grano grueso o material equivalente, tierra volcánica, etc., 40% de mantillo y 10% de turba, o cualquiera de las mezclas preparadas que podemos encontrar en las tiendas especializadas de bonsai. 
En todo caso, tiene que ser una mezcla con un excelente drenaje.

No hay que olvidar que la tierra utilizada debe ser siempre nueva y limpia y nunca reutilizada de otros cultivos para así evitar contaminaciones como hongos, enfermedades, plagas, etc. que hubieran podido afectar a otros árboles.

Macetas ovaladas o rectangulares sin esmaltar o sobre rocas pueden ser una decisión acertada.

Es conveniente proteger el árbol después del trasplante durante un par de meses, situándolo en un lugar muy bien iluminado pero evitando la exposición directa al sol.

Poda y Pinzado

La época más adecuada para la poda de ramas es durante la primavera y ésta se debe realizar acortando de 1/3 a 2/3 la longitud de la rama.

Si pinzamos, conseguiremos ejemplares compactos y hojas más pequeñas. 
También podremos eliminar, cada dos años, todos los brotes nuevos de la primavera en los ejemplares sanos, con objeto de conservar su estilo.

Las acículas del tronco o ramas de años anteriores o viejas y que no nos sirven deben eliminarse tirando de ellas con la mano hasta arrancarlas, aunque hay que hacerlo con prudencia en los árboles jóvenes para no debilitarlos en exceso ya que les disminuimos su capacidad de realizar la fotosíntesis y por tanto su capacidad de desarrollo.

La forma de emplear la poda como técnica de modelado es dejar crecer las ramas y podar en función de la dirección deseada. Debes fijarte en la dirección que te interesa para la nueva rama y eliminar el brote no deseado. 
Esta técnica te permitirá un aumento de la ramificación en la dirección elegida.

Los pinos suelen modelarse en los estilos: moyogui o recto informal, chokkan o recto formal, shakan o inclinado, bunjin o literati, kengai o cascada, o yose-ue o bosque, aunque todo depende de tu imaginación y gustos.

Conviene eliminar las hojas marchitas para evitar la aparición de hongos y las ramas no deseadas o secas pueden eliminarse en cualquier momento.

Nunca hay que podar drásticamente, si el árbol no está sano y vigoroso.

Además de podar para modelar, hay que podar para conseguir una estructura que permita la llegada de la luz a todas las ramas y las todas hojas puedan realizar la fotosíntesis.

En general, debemos quitar:

- todos los brotes de la base del tronco
- las ramas que se cruzan
- las ramas opuestas
- las ramas que crecen muy verticales o que lo hacen hacia el interior del tronco



Hay que tener cuidado de no podar drásticamente las raíces durante el trasplante, podando sólo las raíces más gruesas y dejando las más finas. 
También hay que aprovechar a podar las ramas no deseadas. 
En caso de duda sobre la cantidad de raíces que tienes que podar, un truco seguro para no dañar el árbol es dejar 1/3 más volumen de raíces que de parte aérea, aunque siempre es preferible preguntar hasta que no estés seguro.

Las podas fuertes de raíces deben realizarse en el momento de los primeros trasplantes, con una poda equivalente de ramas.

Entre la poda de ramas y el trasplante o viceversa debería existir un intervalo mínimo de tiempo para no acumular demasiadas operaciones agresivas a la vez, por ejemplo, 3 semanas.

Por último, recordar que la poda o el pinzado sólo se deben realizar si el árbol está sano.

Alambrado

El alambrado de los pinos debe realizarse preferiblemente durante la época de reposo, otoño-invierno y sólo en árboles sanos.

Aunque sus ramas son relativamente flexibles, conviene tener cuidado con la corteza del tronco y ramas ya que ésta se daña muy fácilmente. 
Debes vigilar las marcas del alambre en la corteza debido a la rapidez con la que engordan y crecen, generalmente el alambre deberá retirarse en el momento en que vaya a comenzar la aparición de marcas en la corteza. 
Es recomendable no regar el día anterior al alambrado.

Un árbol con aspecto de madeja de alambre, por el exceso de éste, pierde todo el aspecto de vivo y no es un mejor ejemplar como bonsai. 
Por favor, alambra lo justo y sólo cuando otras técnicas de modelado no puedan utilizarse o no hayan conseguido los efectos deseados.

Enfermedades y plagas más frecuentes

Los pinos suelen ser bastante resistentes y duros a las plagas y enfermedades, pero en cualquier caso, algunas de las enfermedades o plagas que pueden atacarle son:

- Hongos: 
Debido a un exceso de riego o humedad. 
Generalmente roya, podredumbre, hongos de cornisa, armilaria de color miel y cáncer de las coníferas.

- Cochinilla: 
Insecto chupador de savia de forma plana y redondeada, las hembras o alargada y rectangular los machos, que suele preferir la corteza de las ramas más jóvenes.

- Pulgón de las coníferas: 
Que chupa la savia en sus ramas. 

- Polillas: 
Que ponen sus huevos en las yemas.

- Orugas: 
Que tejen una red alrededor de las yemas, rompiendo, deformando o matando los nuevos brotes.

Hay que tener en cuenta que los pinos suelen perder las acículas cada 2 o 3 años de forma natural, durante el otoño, por tanto, no confundir este proceso con una enfermedad.

También hay que evitar confundir con una enfermedad el hongo que vive en simbiosis en sus raíces, de aspecto blanco y con un olor inconfundible y especial, hongos micorríticos.

Por último recordar que los tratamientos deben ser específicos contra la plaga o enfermedad y constantes en el tiempo hasta eliminarla completamente y que el cultivo adecuado de nuestro árbol nos evitará tener que usar productos químicos que provocan:

- riesgos para nuestra salud
- un gasto innecesario
- la contaminación del medioambiente

Reproducción

Es un árbol que se reproduce con alguna dificultad, especialmente mediante injerto, lo que le hace encarecerse en los viveros. 
Los injertos se realizan al final del invierno o principio de la primavera, pero como ya hemos comentado el grado de dificultad es elevado.

También puede reproducirse mediante semillas, piñones en primavera.

La reproducción mediante esquejes o acodos aéreos es muy difícil en los pinos, y aunque el pino negro japonés es una excepción y sus esquejes o acodos pueden llegar a emitir raíces, lo más probable es que se mueran, por lo que este sistema de reproducción no es muy fiable.

Curiosidades

Sus yemas tiernas y resina se utilizan en medicina natural para curar enfermedades respiratorias, de la piel y como desinfectante. 
Además su madera se explota comercialmente debido a su resistencia y facilidad para trabajarla.

Entre las ramas del pino albar crece el muérdago, Viscum album L, planta parcialmente parásita, ya que posee clorofila, muy venenosa que puede provocar la muerte. 
Los druidas la consideraban una planta sagrada y era utilizada en sus rituales.



Como hemos dicho al principio, los pinos poseen una sustancia llamada resina compuesta, entre otras cosas, por trementina. 
La trementina se usa en medicina natural como expectorante, balsámico y antiséptico de las vías respiratorias. 
No obstante, la esencia de trementina es moderadamente tóxica y su ingestión puede provocar la intoxicación por lo que suele aplicarse por vía externa, baños, aceites, pomadas, etc. o mediante inhalaciones.
Fernando Gatto

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